photo d archives d un navire dans le port d aden dans le sud du yemen

La tensión en el Mar Rojo va 'in crescendo'. Los ataques de los rebeldes hutíes a los buques que atraviesan la zona y la respuesta de EEUU y sus aliados está provocando cierto nerviosismo entre los inversores ante la expectativa de que el conflicto en Oriente Medio pueda intensificarse, especialmente si se involucran terceros países. Las preocupaciones atañen al mercado energético, el posible impacto en la inflación y las cadenas de suministro. ¿Son infundados los temores?

Para los estrategas de Berenberg, los problemas en el Mar Rojo son "desagradables" para el comercio, pero "no catastróficos".

En su opinión, la intervención encabezada por Estados Unidos "suprimirá o disuadirá nuevos ataques importantes contra barcos comerciales en un plazo de tres meses, antes de que se acumule demasiado daño macroeconómico".

Hasta ahora, importantes firmas de transporte marítimo de contenedores, como el gigante danés A.P. Moller-Maersk, han decidido interrumpir el tránsito de sus barcos por esta ruta para desviarlos por el Cabo de Buena Esperanza, en África.

"El Mar Rojo es un conducto crucial para el comercio entre Asia y Europa. Al pasar por él, los barcos normalmente pueden hacer el viaje de China a Europa en 30 a 45 días. Pero, si deben tomar el largo desvío alrededor del Cabo de Buena Esperanza, su tiempo de viaje puede aumentar de siete a 20 días", explican desde la firma alemana.

Y a medida que los cargueros emprenden un viaje hacia el sur para evitar el Mar Rojo, los precios del transporte marítimo se van incrementando.

En base a las cifras que maneja Berenberg, transportar una unidad de contenedor equivalente a cuarenta pies desde China al norte de Europa cuesta ahora alrededor de 6.000 dólares, sustancialmente más que los 1.500 dólares canadienses de principios de 2023, pero también muy por debajo del máximo de 15.000 dólares alcanzado durante los problemas de la cadena de suministro de 2022.

"Este aumento también eleva el promedio mundial de las tarifas de envío. Sin embargo, los costos de las rutas que no dependen del Mar Rojo, como las de América del Norte a Europa, no han aumentado mucho recientemente, lo que indica que la industria naviera mundial hasta ahora tiene suficiente capacidad para acomodar los tiempos de viaje más largos entre Asia y Europa", matizan.

IMPACTO MODESTO EN LA INFLACIÓN

Otro de los focos de preocupación de esta crisis está relacionado con la inflación. El mercado teme que el incremento del precio de los contenedores ponga en peligro el proceso desinflacionario mundial.

"Estimamos que una transferencia total del aumento de las tarifas de flete elevaría el nivel general de precios al consumidor en la eurozona en aproximadamente 0,4 puntos porcentuales. Sin embargo, el efecto real probablemente será de sólo 0,2 puntos porcentuales en los próximos tres meses", indican los expertos germanos.

La moderada demanda de los consumidores impedirá que algunas empresas trasladen plenamente los mayores costes de transporte a los consumidores. Además, consideran que el impacto puntual en los precios de los fletes no debería dar lugar a tasas de inflación permanentemente más altas.

En cambio, es probable que el efecto se revierta una vez que se restablezca la seguridad en el Mar Rojo. Por lo tanto, "no esperamos un impacto importante en el momento de los recortes de tipos de los bancos centrales", sentencian.

¿AFECTARÁ A LAS CADENAS DE SUMINISTRO?

Algunas empresas en Europa han comenzado a reducir la producción debido a retrasos en la llegada de los materiales necesarios.

No obstante, en Berenberg detallan que como la mayoría de las empresas industriales –y muchas compañías navieras– están operando por debajo de su capacidad total, deberían poder aumentar la producción una vez que hayan llegado los insumos.

"Es probable que los retrasos trasladen parte de la producción de enero a febrero y marzo, sin un impacto importante en la producción del primer trimestre en su conjunto. En comparación con 2021/22, cuando los problemas de la cadena de suministro frenaron la recuperación económica, el impacto de las interrupciones del transporte probablemente será mucho menor ahora", señalan.

LA DÉBIL DEMANDA MITIGA EL RIESGO ENERGÉTICO

El mercado energético también forma parte de la inquietud de los operadores, lo que está llevando al petróleo a cotizar con volatilidad.

Los precios del crudo Brent alcanzaron la marca de 80 dólares por barril por primera vez este año después de que Estados Unidos y el Reino Unido atacaran sitios hutíes en Yemen el 11 de enero, pero los precios bajaron rápidamente, mientras que el gas TTF subió marginalmente ese mismo día. Una semana después, los precios del crudo y del gas cayeron un 3% y un 11%, respectivamente.

"Muchas empresas han optado por transportar productos energéticos por la ruta más larga, pero más segura, alrededor del Cabo de Buena Esperanza. Lo más importante es que el segundo mayor exportador mundial de GNL, Qatar, también se ha sumado y desviando sus flujos", comentan en Rabobank.

De momento, las preocupaciones sobre las interrupciones reales del suministro de crudo, productos refinados y proveedores de GNL en Oriente Medio vuelven a estar sobre la mesa, aunque la probabilidad de una escalada prolongada sigue siendo baja.

Del mismo modo, la débil demanda de gas y petróleo está mitigando los riesgos de un aumento de precios por el tránsito más largo.

"Lo más seguro es que las tarifas de envío aumenten gradualmente a medida que los tránsitos más largos están inmovilizando más inventarios de gas y petróleo en el mar, mientras que los aumentos de precios de los productos finales serán contenidos, ya que el fin del entorno de débil demanda no está a la vista", concluyen en Rabobank.

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