christine lagarde presidente de la bce lors d une conference de presse a l issue d une reunion de politique monetaire a francfort

El aumento salarial se moderó a finales del año pasado y las perspectivas apuntan a que lo seguirá haciendo durante este. Sin embargo, puede que esta desaceleración no sea lo bastante importante como para provocar que el Banco Central Europeo (BCE) adelante unos meses el recorte de tipos de interés.

El crecimiento de los salarios es la principal preocupación del BCE en este momento, como ha subrayado una y otra vez su presidenta, Christine Lagarde.

En uno de sus discursos recientes pronunciado a mediados de febrero comentaba que "el crecimiento de los salarios sigue siendo fuerte y se espera que se convierta en un impulsor cada vez más importante de la dinámica de la inflación en los próximos trimestres, lo que refleja la rigidez de los mercados laborales y las demandas de los trabajadores de compensación por inflación".

"El rastreador salarial prospectivo del BCE sigue señalando fuertes presiones salariales, pero los acuerdos indican cierta estabilización en el último trimestre de 2023. Las presiones salariales para 2024 dependen particularmente del resultado de las rondas de negociaciones en curso o futuras que afectan a una gran parte de los empleados de la zona euro. La contribución de las ganancias unitarias a las presiones sobre los precios internos siguió disminuyendo, lo que sugiere que, como se esperaba, los aumentos salariales están amortiguados, al menos en parte, por los márgenes de ganancia", añadía.

Según los últimos datos publicados por el BCE, en el cuarto trimestre de 2023, la subida de los salarios negociados en la zona euro alcanzó el 4,46%, desacelerándose desde el aumento récord del 4,69% registrado en los tres meses anteriores. Además, supone la primera moderación en los incrementos salariales desde mediados de 2022.

Esta disminución del crecimiento de los salarios negociados "confirma las expectativas de que el crecimiento salarial ya no se está acelerando", señalan los analistas de ING, que anticipan el crecimiento de los salarios "se moderará significativamente a lo largo de 2024 debido a la reducción de la inflación y el debilitamiento de las condiciones económicas".

Aunque reconocen que se trata de "una pequeña caída", destacan que, "en términos generales, está en línea con las expectativas de que el crecimiento de los salarios negociados comenzará a tener una tendencia a la baja en el transcurso de 2024". De hecho, esperan ver una caída más significativa en el crecimiento de los salarios nominales antes de verano.

No obstante, no prevén que el BCE se apresure demasiado a la hora de decidir los primeros recortes de tipos: "La reunión de junio, después de que se publique otro trimestre de datos salariales, nos parece un buen momento para un primer recorte de tipos del 0,25%", dicen, y calculan 75 puntos básicos de recortes en total para 2024.

Por su parte, en Oxford Economics coinciden en considerar que la ligera moderación de los salarios negociados a finales de 2023 no va a cambiar el debate sobre las rebajas de tipos en un sentido u otro. "Las 'palomas' encontrarán cierto consuelo en el hecho de que los salarios negociados se moderaron a finales del año pasado, lo que alivia las preocupaciones sobre la posibilidad de un crecimiento salarial rígido. Pero los 'halcones' notarán que sigue siendo demasiado alto", exponen.

"En definitiva, lo que se puede leer con el vaso medio lleno es que los últimos acontecimientos son coherentes con una moderación del crecimiento salarial. Pero como los datos no muestran una sorpresa a la baja significativa, los 'halcones' seguirán abogando por una cautela continua y defendiendo que el riesgo de un crecimiento salarial rígido en niveles altos no ha desaparecido por completo. La atención se centrará ahora en los acuerdos salariales de principios de 2024", opinan.

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