Las medidas adoptadas para contener el brote de coronavirus han generado en abril un derrumbe sin precedentes de la economía de la zona euro, que sufrió las caídas más pronunciadas de la actividad empresarial y el empleo jamás registradas, según el índice PMI publicado este jueves.
En concreto, el PMI Compuesto de la Actividad Total de la eurozona, elaborado por la consultora Markit, señala que el dato se desplomó en abril hasta su mínimo histórico de 13,5, una lectura aún inferior a la de 29.7 registrada en marzo. Esto indica sin duda alguna el mayor declive mensual de la actividad total registrado en más de dos décadas de recopilación de datos del estudio. A modo de comparación, la lectura más baja observada durante la crisis financiera mundial fue 36,2, y se registró en febrero de 2009.
El deterioro de abril fue vinculado generalizadamente con la pandemia de la Covid-19, al intensificarse los esfuerzos por contener la propagación del brote del virus por el continente. Las medidas de confinamiento incluyeron el cierre temporal de empresas y estrictas restricciones en el movimiento de las personas.
El sector servicios fue el más afectado por las medidas de confinamiento y la actividad comercial cayó de 26,4 registrado en marzo a apenas 11,7 en abril. Las empresas que operan en sectores como el de hospitalidad, vivienda, restauración, viajes y turismo observaron caídas particularmente intensas de la actividad, y un gran número de estas empresas debieron cerrar sus puertas obligatoriamente o soportaron una intensa limitación en su capacidad operativa.
En el sector manufacturero también se ha observado una caída récord de la producción, cuyo índice cayó del nivel 38,5 registrado en marzo al de 18,4, puesto que muchas empresas de fabricación de productos no esenciales debieron cerrar y otras indicaron de una demanda intensamente reducida o de limitaciones por la escasez de personal e insumos. Las demoras en la cadena de suministro llegaron a su máximo en la historia del estudio.
Los niveles de nuevos pedidos recibidos cayeron al ritmo más intenso jamás registrado, tanto en el sector manufacturero como en el sector servicios, provocando una erosión récord de los pedidos pendientes en su conjunto. Una caída sin precedentes de los trabajos por realizar en el sector servicios se vio acompañada de una reducción casi récord de los pedidos pendientes en el sector manufacturero.
La caída del nivel de contratación del sector manufacturero fue la más intensa desde abril de 2009
Las expectativas respecto de la actividad total para los próximos 12 meses cayeron ligeramente por debajo del mínimo registrada en marzo debido a un nuevo mínimo en el sentimiento indicado en el sector manufacturero.
Entretanto, las plantillas se redujeron al ritmo más intenso registrado en la historia del estudio, cayendo por segundo mes consecutivo. El empleo en el sector servicios se redujo al ritmo más marcado de la historia del estudio, mientras que la caída del nivel de contratación del sector manufacturero fue la más intensa desde abril de 2009. En algunos casos, el declive del empleo reflejó los despidos temporales por fuerza mayor de los trabajadores, pero aún si se les excluye de la caída del empleo, el declive sigue siendo uno de los más intensos registrados por el estudio.
Los precios medios cobrados por los bienes y servicios cayeron al ritmo más pronunciado desde junio de 2009 puesto que las empresas ofrecieron cada vez más descuentos para reforzar las ventas y hacer frente a la creciente caída de los ingresos. Los descuentos fueron especialmente frecuentes en el sector servicios, donde los precios medios cobrados cayeron a un ritmo récord. Los precios cobrados por los productos decrecieron al ritmo más marcado desde noviembre de 2009.
A menudo, los recortes de precios fueron propiciados por una reducción de los costes. Los costes medios totales cayeron a un ritmo que no se había observado desde julio de 2009. No obstante, mientras que se registró una caída récord de los precios de compra del sector servicios, vinculada principalmente con la reducción de los costes salariales, los precios de compra del sector manufacturero cayeron a un ritmo menos marcado (que de todos modos se mantuvo entre los más rápidos desde 2016), reflejando en parte algunas presiones al alza en los precios que fueron impulsadas por la escasez de oferta.
"La ferocidad de la contracción también ha superado los niveles considerados imaginables por la mayoría de economistas"
Por países, la escala sin precedentes del desplome fue generalizada, debido a que los índices compuestos de actividad total del Flash del índice PMI alcanzaron sus mínimas históricas de 17,1 y 11,2 respectivamente en Alemania y Francia (cayendo de 35 y 28,9 en marzo), mientras que, en el resto de la región, el índice PMI compuesto cayó de 25 a 11,5.
Desde Markit señalan que "la magnitud de la caída de los negocios revelada por la encuesta del PMI en toda la zona euro supera con creces cualquier otra situación observada anteriormente en más de 20 años de recopilación de datos. La ferocidad de la contracción también ha superado los niveles considerados imaginables por la mayoría de economistas, puesto que el índice PMI cayó muy por debajo de las estimaciones de la opinión prevalente".
Según su modelo que compara el índice PMI con el PIB sugiere que la encuesta de abril indica una contracción trimestral de la economía de la zona euro del orden del 7,5%. "Debido a que grandes áreas de la economía probablemente deberán permanecer confinadas para contener el contagio del Covid-19 en las próximas semanas, es de esperar que en el segundo trimestre se registre la desaceleración más feroz que la región haya sufrido en los últimos años".
Añaden que "las esperanzas se centran en que las medidas de contención se puedan ir levantando progresivamente para ayudar a atenuar el parón que las empresas han registrado en abril. No obstante, parece ser que el progreso será dolorosamente lento para evitar una segunda oleada de infecciones. Ante una caída tan prolongada de la demanda, el recorte de empleo podría intensificarse respecto del ritmo récord actual y podrían surgir nuevos temores con relación al coste económico de la contención del virus".