En las próximas semanas se aproxima una bajada de temperaturas que hará que las facturas de la luz y del gas aumenten. Además, la incertidumbre global protagonizada por el conflicto entre Hamás e Israel, que ha provocado, según los datos ofrecidos por la web especializada en ahorro, Kelisto.es, que el coste del gas natural haya pasado de los 36 euros el MWh a los 50. Sin embargo, se pueden tomar una serie de medidas que permitan reducir su importe.
Así, el portal web asegura que pequeños gestos de bajo o nulo coste pueden suponer un ahorro de 443 euros anuales, cifra que se puede más que duplicar hasta los 980 si se parte de una situación de poca o nula eficiencia.
En el corto plazo, una reducción de dos grados en la calefacción de gas natural supone un ahorro medio de 67 euros anuales al lograr descender el consumo un 16%. Así, según el Instituto para la Diversificación y el Ahorro de la Energía (IDAE), una temperatura de 20-21 °C es más que suficiente para mantener el confort en el hogar.
Además, un empleo correcto de los radiadores, evitando colocar muebles cerca o ropa encima, así como apagar del todo los aparatos del hogar que se quedan en ‘stand-by’ -en espera para un rápido funcionamiento- permitirá ahorrar "un buen pico en la factura de la luz".
El empleo de bombillas LED, que consumen un 23% menos que las halógenas y hasta un 90% menos con respecto a las incandescentes, puede generar un ahorro entre 30 y 200 euros al año. Sin embargo, es "ideal" cambiarlas progresivamente, conforme se estropeen las ya instaladas, ya que su coste es más elevado.
Los electrodomésticos que más consumen en un hogar son la nevera y el congelador, por lo que adoptar medidas para reducir su consumo será fundamental. Evitar introducir platos calientes, distribuir bien los alimentos (utilizando la bandeja de mayor frío para la carne o el pescado) o limpiar el polvo tras el aparato para asegurar una buena ventilación, son medidas que permitirán reducir la factura de la luz. Además, si el congelador genera escarcha, retirar una capa de 3 milímetros le hará consumir un 30% menos, lo que supone un ahorro de hasta 25 euros al año.
En el largo plazo, aunque se pueda pensar que las inversiones sean más elevadas y sea complicadas amortizarlas, no es así. Cambiar a electrodomésticos más eficientes, con la etiqueta de eficiencia energética B (la anteriormente conocida como A+++) permitirá ahorrar hasta 60 euros al año de media con respecto a un aparato con la etiqueta D, en el caso de la nevera.
Un buen aislamiento térmico de ventanas y fachada podría conseguir un ahorro de 224 euros anuales, reduciendo en un 50% el consumo en calefacción. Si a ello sumamos la instalación de una caldera de condensación, se lograr un ahorro del consumo del 30%, que se traduce en una reducción del gasto en 238 euros.
AYUDAS GUBERNAMENTALES PARA EL AHORRO ENERGÉTICO
Para hacer frente a estas inversiones, el gobierno proporciona una serie de ayudas económicas que permitirán que esta transición sea más leve. Así, el bono social eléctrico ofrece descuentos de hasta el 65% para consumidores vulnerables y de hasta el 80% para vulnerables severos.
Pero, además, el Gobierno creó una nueva categoría de hogares con bajos ingresos, que pueden optar hasta a un 40% de descuento en su factura del mercado regulado de electricidad si basculan entre los 16.000 euros anuales de renta (en el caso de una sola persona) y los 28.000 euros (dos adultos y dos menores).
Además, existen varias ayudas del Gobierno para abaratar hasta en un 80% las obras con el objetivo de mejorar el aislamiento térmico de las viviendas, lo que permitirá "amortizar en unos pocos años el desembolso inicial".
Ante esta tesitura, el portavoz de Energía de Kelisto.es, Javier Martínez, afirma que "ahora mismo disfrutamos de tarifas relativamente baratas, sobre todo en el sector eléctrico". Por ello, "antes de que la situación cambie, es un momento perfecto para revisar nuestra tarifa y nuestros consumos, de cara a un periodo invernal que es siempre intensivo en consumos energéticos”.
