La pérdida de dinamismo en el contexto económico internacional y el hecho de que los vientos que impulsaban en crecimiento en España se han amortiguado alimentan las expectativas de “una modesta ralentización en la segunda mitad de 2018 y para el próximo año”, avisa el Consejo General de Economistas (CGE). El organismo señala en su Observatorio Económico del mes de octubre que el caso de nuestro país no es aislado, sino que “se repite en buena parte de las naciones avanzadas”, pero a la vez detecta varias amenazas para la economía nacional que presentan un peligro adicional.
En el contexto europeo, “nos pasan factura el repunte de la inflación y el diferencial con el índice de los precios de la Eurozona”, señala Antonio Pedraza, presidente de la Comisión Financiera del CGE. Además, estos expertos también hacen hincapié en la fortaleza de los precios del petróleo, y “la falta de apetito que hay por los activos europeos a consecuencia de las tensiones políticas que hay en el seno de los socios del euro, en especial en Italia”.
En este escenario de menor optimismo, el Observatorio también recoge “la flexión a la baja en los indicadores de clima económico en el conjunto mundial y en la Zona Euro, estimada por el Instituto Ifo alemán”. Así como, “la evolución del comercio mundial, que habría experimentado una pérdida de impulso ya en el pasado trimestre en los países que forman el G-20”.
“La gran incertidumbre política junto con un erróneo aumento del gasto es nocivo para la economía, justo cuando hay que recortar para manejar la deuda y el déficit"
Precisamente, el informe subraya que el debilitamiento del comercio exterior parece ser uno de los principales motivos del freno de la economía española, según se desprende de los datos provisionales de la Contabilidad Nacional Trimestral del INE, hasta el segundo trimestre del presente año. De este modo, el PIB habría crecido un 0,6% respecto a enero-marzo, lo que supone una variación del 2,7% interanual, “un ritmo todavía superior al de la mayoría de las economías avanzadas de nuestro entorno, si bien un poco por debajo del correspondiente a los tres últimos años”, matiza el documento.
En cualquier caso, esta moderación se encuentra en línea con las perspectivas señaladas por el Gobierno de España a principios de 2018 y por el consenso de las previsiones, que estiman que el crecimiento sea del 2,8% en 2018 y del 2,2% en 2019, cuando caerá casi un punto respecto a 2017 (3,1%).
El Consejo ha mantenido sus previsiones de crecimiento en el 2,5% para este año y el 2,3% el próximo, con un repunte del consumo del 1% y el 3%, respectivamente. La inflación será del 1,8% este año y el 1,9% en 2019 -un repunte derivado de la evolución del precio del petróleo y las restricciones arancelarias-, mientras que la tasa de paro caerá al 15 % este año y el 14% el próximo, de acuerdo a sus estimaciones.
DEBILIDAD DEL GOBIERNO Y CATALUÑA
Además de las mencionadas causas externas, Pedraza responsabiliza del menor lustre en el PIB nacional a la "debilidad de un Gobierno aliado con movimientos populistas”. A su juicio, “la gran incertidumbre política junto con un erróneo aumento del gasto es nocivo para la economía, justo cuando hay que recortar para manejar la deuda y el déficit".
Uno de los responsables del Observatorio ha cargado duramente contra el anclaje de la subida de las pensiones al IPC, que ha calificado de "brutalidad" y ha criticado que no se aborde su reforma. Estima Pedraza que el sistema actual será “insostenible de cara a 2030”, porque “no se llegará al nivel y a la calidad de empleo necesario para mantener el modelo” ya que “el que se crea es de mala calidad y cotiza menos”. Asimismo, ha criticado las subidas de impuestos, “que son perniciosas ya que alarman a los inversores”.
Por último, ha explicado que las tensiones entre el Estado y Cataluña se notarán también en el crecimiento de este trimestre y en los siguientes, ya que es “un sumatorio, al igual que en la ratio de empleo o la caída de las inversiones”. “Toda España se ve afectada por el frenazo de una región que había crecido por encima de la ratio”, ha redondeado.
CICLO DESIGUAL ENTRE LAS ECONOMÍAS EMERGENTES Y DESARROLLADAS
De vuelta al ámbito internacional, el Observatorio incide en el comportamiento del ciclo es cada vez más desigual entre las economías de mercados emergentes y en desarrollo, como consecuencia de la influencia del ascenso de los precios del petróleo, el aumento de las rentabilidades en EE.UU y del tipo de cambio del dólar, así como por las dudas ante las tensiones comerciales y la incertidumbre que este contexto genera.
Por lo tanto, se percibe una trayectoria menos favorable en los últimos meses en estos países, en consonancia con la desaceleración de China y los episodios de tensión en Turquía y Argentina”, concluye el estudio.