• BBVA también apuesta por el 'tapering' antes de las subidas de tasas: no llegarán hasta finales del año próximo
  • El panorama a largo plazo para el euro es bajista, si el Draghi cumple con lo previsto por los economistas de Deutsche Bank y BBVA
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Hacia mediados de marzo, rumores sobre ciertas conversaciones en el seno del Banco Central Europeo (BCE) acerca de una posible subida de tipos de interés antes del fin del programa de compras de activos desataron una oleada de compras en el euro, espoleadas por la mera insinuación de que la entidad podía decidirse por este formato para empezar a finiquitar sus políticas ultra-expansivas. Varios miembros del banco central, incluso el mismo presidente, Mario Draghi, se encargaron después de calmar los ánimos y dejar claro que el fin de la era de tipos negativos está lejano y pasa primero por la retirada de las compras de activos.

El impulso alcista que recibió la divisa europea se mantuvo varias jornadas, aderezado por otras informaciones que llegaban desde el otro lado del Atlántico, sobre el ritmo de las subidas de tipos de la Reserva Federal de EEUU (Fed) -más lento que el ansiado por el mercado- y condujo a la ‘moneda única’ hasta sus máximos anuales por encima de los 1,09 dólares, alcanzados el 27 de marzo.

Hace pocos días, sin embargo, Draghi insistió que ”antes de realizar cualquier modificación en los componentes de la política monetaria todavía tenemos que construir la confianza suficiente de que la inflación convergerá a nuestro objetivo a medio plazo -cerca, pero por debajo, del 2%- y que permanecerá allí incluso aunque se reduzca el apoyo de la política monetaria”. Y el consejo de gobierno del Banco Central Europeo (BCE) consideró en la reunión de marzo que era necesaria una política monetaria muy expansiva en la zona del euro para que suba la inflación. Así se desprende de las actas de la reunión, que el BCE publicó también la semana pasada, y en las que dice que consideraron "prematuro" hablar de cuándo se van a producir cambios en los tipos de interés por la incertidumbre sobre las perspectivas económicas y la inflación. El euro cotiza ligeramente por encima de los 1,06 dólares.

Esta reacción de la divisa no refleja otra cosa que su extremada sensibilidad al giro de política monetaria del banco central. Si el BCE decidiera encaminarse hacia la normalización monetaria con incrementos de la tasa de interés antes del fin de los estímulos, el escenario que se dibujaría para el euro sería tremendamente alcista. Precisamente por este motivo, es la opción menos probable para expertos de entidades como Deutsche Bank o BBVA, que creen que el regulador abandonará el terreno negativo en sus tipos de interés, sí, pero no sin antes dar por finalizado el programa de estímulos cuantitativos. Es decir, la entidad primero pasará por el ‘tapering’.

Será la estrategia de salida que emplee el BCE lo que marcará cómo reaccionará el euro al abandono de las políticas monetarias no convencionales por parte del banco central

“Será la estrategia de salida que emplee el BCE lo que marcará cómo reaccionará el euro al abandono de las políticas monetarias no convencionales por parte del banco central”, aseguran expertos de Deutsche Bank. Si Draghi se centra en “un abandono temprano de las tasas negativas, el mercado debe prepararse para un euro en subida libre, en cambio, si se centran en la reducción de los estímulos, el euro se verá impulsado por otras fuerzas que se decantarán por el lado del dólar”, señalan estos expertos. Además, el efecto de la política de tipos negativos no ha sido lineal, indican los economistas del banco de inversión alemán, por lo que esperan un “efecto desproporcionado en la ‘moneda compartida’ si el BCE opta por incrementar las tasas en los próximos meses”.

NO HABRÁ SUBIDA DE TIPOS HASTA FINALES DE 2018

El banco central lleva una década sin efectuar un movimiento similar. El último aumento de tipos fue en octubre de 2008, cuando aún era presidente de la entidad el francés Jean Claude Trichet. A finales de ese año, empezaron los recortes que llevaron los tipos de interés a conquistar un mínimo histórico tras otro, hasta caer al 0% en marzo de 2016. La facilidad de depósito entró en números negativos casi dos años antes, en junio de 2014, y se ubicó en el -0,4% actual hace también más de un año.

Para otros analistas, como el Servicio de Estudios de BBVA, el giro total de política monetaria que dará el banco se producirá a finales de 2018. Según un reciente informe, apuestan porque este punto de inflexión no llegue hasta el último trimestre de 2018. También son concretos sobre cuando se iniciará la retirada de las compras: creen que se mantendrán en 2017 para empezar a reducirse poco a poco el año que viene y culminar con la ya mencionada subida de tasas.

En diciembre del año pasado, el BCE decidió prorrogar nueve meses, hasta diciembre de 2017, el programa de compra de deuda que vencía en marzo. Sin embargo, desde este mes de abril su volumen se ha rebajado de 80.000 a 60.000 millones de euros mensuales. Si se mantiene este calendario, este estímulo supondrá la compra de activos por parte del banco central por importe de al menos 540.000 millones de euros adicionales, lo que impulsará la cifra destinada a tal efecto desde el comienzo del programa en marzo de 2015 hasta unos 2,3 billones de euros.

‘TAPERING’ Y PARIDAD

Deutsche Bank se reitera en su panorama bajista para el euro a un año vista e insisten en que la divisa alcanzará la paridad con el dólar en 2018

Los analistas de Deutsche Bank lo tienen claro: “Si Draghi hace las cosas de forma ordenada y se decanta, como esperamos, por la vía del ‘tapering’ acompañado de una orientación de expectativas, el euro recibirá un impacto que será negativo para la divisa”. Este camino es el que contemplan como más probable en la entidad germana y explican que “como los tipos de facilidades de depósito se mantendrán en negativo mientras se reduzcan los estímulos, el impacto de las subidas de tipos en el futuro será mucho menor”.

En este escenario, los expertos se reiteran su panorama bajista para el euro a un año vista e insisten en que la divisa alcanzará la paridad con el dólar en 2018. Sin embargo, han mejorado sus perspectivas para el euro/dólar en los próximos meses por el retraso en las políticas fiscales del presidente de los EEUU, Donald Trump. En una nota para clientes de mediados de marzo señalaban que “hay suficientes evidencias en la política de los primeros meses del nuevo gobierno como para pensar que el dólar tampoco reaccionará de manera significativa a la reforma fiscal en el segundo trimestre de 2017”. De hecho, ahora esperan que la ‘moneda única’ se dispare hasta los 1,10 dólares antes de mayo. En definitiva, han cambiado su sesgo sobre la moneda europea de negativo a neutral y, según esta reciente revisión de sus predicciones para la ‘moneda única’, ya no alcanzará el precio objetivo de 0,95 dólares antes del fin de 2017.

Eso sí insisten en que estas expectativas están condicionadas a que el banco central “inicie el tapering antes que la normalización del precio del dinero y a que la Fed continue con las subidas de tipos también a lo largo del año próximo”, que agudizará la divergencia de políticas monetarias entre los bancos centrales del ‘viejo continente’ y de EEUU. Sin embargo, si Draghi se guarda una sorpresa, esta vez tampoco llegará la paridad, reconocen.

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