Existe división de opiniones en cada uno de los casos que más preocupan a la economía mundial, entre los que se encuentran el Brexit, la guerra comercial EE.UU.-China, el petróleo o Italia, entre otros. Los más optimistas sostienen que la demanda global sigue siendo sólida, que la inflación está controlada y que cualquier desaceleración será superficial. Mientras, los más desmoralizados creen que 2019 será un año de mayor incertidumbre política y, por ende, en los propios mercados; se prolongarán las tensiones comerciales y las bolsas mundiales no retomarán el vuelo.
Los analistas de Bloomberg han analizado cuáles serán las claves económicas del próximo año y, para ello, han puesto a colación los argumentos de los "toros" contra las expectativas de los "osos".
1- GUERRA COMERCIAL EEUU-CHINA
A pesar de que Estados Unidos y China acordaron una tregua temporal en su guerra comercial, los "osos" aseguran que la calma no se mantendrá. Esto significa que los riesgos de nuevos aranceles y otras barreras entre las dos economías más grandes del mundo serán aún mayores.
Mientras, los "toros" argumentan que ambos países tienen pendiente alcanzar un presunto acuerdo. Donald Trump y Xi Jinping acordarán los términos que permitan un mayor acceso a los mercados de China sin que éste país renuncie a sus ambiciones de crear una economía basada alta tecnología y que le permita ser líder mundial en este apartado.
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Las 15 sorpresas que se puede llevar el mercado en 2019, según Doug Kass2- EL PETRÓLEO
Los precios del petróleo han sufrido caídas descontroladas durante 2018, que ha terminado el año en torno a los 50 dólares por barril, después de superar los 75 dólares el pasado mes de octubre. En este sentido, los pesimistas aseguran que los precios más bajos son el reflejo de una demanda débil marcado, además, por los anuncios de recortes en la producción mundial. Esto afectará, especialmente, a las economías que dependen de la energía.
Por otro lado, los optimistas apuntan a que unos precios más baratos estabilizará el consumo, amortiguará los déficits estatales y limitará la inflación, restando así una razón a los bancos centrales para elevar las tasas de interés. Los recortes en la producción de petróleo de 1,2 millones de barriles por día de la OPEP y sus aliados tampoco perjudicarán al conjunto de la economía.
3- BANCOS CENTRALES
Los "osos" deducen que el acceso a la financiación será más caro a medida que los bancos centrales eleven las tasas de interés lideradas por la Reserva Federal de Estados Unidos (también conocida como Fed), lo cual significa más agitación en los mercados emergentes, ya que el populismo está presionando a los bancos centrales, según la citada fuente.
Asimismo, los "toros" argumentan que no hay inflación, por lo que no hay necesidad de tasas de interés más elevadas. De hecho, consideran que un crecimiento moderado de Estados Unidos puede repercutir en que la Fed detenga o retrase dichos aumentos.
4- LA ECONOMÍA ESTADOUNIDENSE
En vez de prever que la economía estadounidense rompa el récord de su periodo de expansión más largo de la historia, los bajistas ven que en 2019 el crecimiento se va a estancar. Un debilitamiento del estímulo fiscal, la parálisis del Congreso, las guerras comerciales y las alzas de la Fed perjudicarán a la economía del país.
O tal vez no. Los alcistas subrayan que no hay indicios de sobrecalentamiento ni de una inflación desenfrenada que pueda hacer descarrilar a la economía, y el empleo sigue siendo sólido. Y la Fed podría decidir detenerse antes de lo que los mercados esperan actualmente, aliviando la presión sobre los prestatarios y los mercados.
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En Estados Unidos, el auge de la emisión de productos estructurados, como las obligaciones de préstamos garantizados, ha suscitado la prudencia de los reguladores. Los pesimistas temen que una economía debilitada y los últimos anuncios de la Fed puedan derribar los fundamentos del crédito, convirtiendo muchos de los calificados como BBB en bonos basura.
Por contra, los optimistas dicen que con el fin de la campaña de alza de tasas de la Fed y una recesión evitada, los rendimientos volverán a ser positivos en 2019. Bank of America Merrill Lynch considera que los préstamos apalancados estadounidenses proporcionan rendimientos totales de entre el 4% y el 5%.
6- CRISIS DEL EURO
Los más agoreros especulan con el desafío del Gobierno italiano a la Unión Europea por las cuestiones presupuestarias de este país provocará la próxima crisis del euro. El Banco Central Europeo podría verse obligado a intervenir con herramientas no probadas, presionando el frágil consenso político que mantiene unido al euro.
Los más esperezando insisten en que el apoyo al euro se encuentra en un nivel récord en Italia y en el resto de la zona euro. Roma ha señalado que quiere contar con el apoyo y ofrecerá su compromiso a los socios europeos.Mientras, las protestas callejeras en Francia se calman sin dejar daños permanentes.
7- EL BREXIT
Reino Unido podría salir de la Unión Europea el próximo año, de modo que el Banco de Inglaterra ha advertido de que tal escenario haría que la economía se contrajera hasta en un 8% y que la libra pierda un cuarto de su valor. Además, los mercados financieros tiemblan de sólo pensar en un divorcio no acordado con Bruselas.
Por otro lado, los más seguros confían en que el Gobierno británico será capaz de sacar adelante un acuerdo con Bruselas que sea respaldado por el Parlamento de Westmisnter, de modo que las islas y el bloque comunitario puedan avanzar rápidamente en la definición de su nueva relación económica.
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Citigroup señala que la deuda global es ahora más de tres veces superior al nivel de hace 20 años, lo que genera una preocupación de que el mundo se encamina hacia una crisis de deuda. Sostienen que el aumento de las tasas de interés representa un riesgo significativo para los hogares y las empresas no financieras en el 36% de las "economías importantes". Además, advierten de que las economías más prósperas y varios grandes mercados emergentes son altamente vulnerables a los riesgos de la deuda soberana.
Al contrario, los "toros" apoyan que las tasas de interés solo subirán más y, mientras el crecimiento económico se mantenga, los prestatarios pueden pagar su deuda.