La inflación del Reino Unido superará el 18% en enero debido al aumento de los precios energéticos. Es el pronóstico que realizan los economistas del banco estadounidense Citi, tras revisar las previsiones para el tope del precio minorista de le energía.
La entidad bancaria ha realizado una actualización de los Índices de Precios al Consumidor (IPC) y del Índice de Precios Minoristas, que alcanzarán el 18% y el 21%, respectivamente, en el primer trimestre de 2023.
El regulador de energía Ofgem anunciará esta semana el próximo aumento del límite de precios que entrará en vigor a partir del 1 de octubre. Citi espera que este incremento llegue hasta 3,717 libras por año, desde las 1,971 libras actuales para un hogar promedio.
El límite de precios pone un tope a la cantidad que un proveedor puede cobrar por sus tarifas, pero este límite ha aumentado recientemente debido al incremento de los precios mayoristas, lo que significa que los británicos han visto como sus facturas energéticas se disparaban.
Benjamin Nabarro, asociado senior en el grupo de estrategia global y macro de Citi, ha señalado que la orientación sobre futuros aumentos será el aspecto más notable del anuncio que se producirá esta semana.
"Esperamos nuevos aumentos a 4,567 libras en enero y luego 5,816 libras en abril. Los riesgos aquí siguen sesgados al alza", ha indicado.
Los analistas se preguntan ahora qué políticas llevará a cabo el nuevo primer ministro cuando asuma su cargo el próximo 5 de septiembre para hacer frente tanto a la inflación como a la economía del país. Las encuestas se muestran favorables a la conservadora Liz Truss, y apuntan a una "compensación limitada" para la inflación.
"Ya contabilizamos una reducción de 300 libras en las facturas asociadas con la suspensión del Impuesto Verde y un recorte al IVA en las facturas de energía de los hogares. Sin embargo, en realidad, es probable que cualquier respuesta del gobierno a esto implique sustancialmente más poder de fuego fiscal (alrededor de 40.000 millones de libras en nuestra opinión). Compensar el aumento de la energía en su totalidad costaría alrededor de 30.000 millones de libras para los próximos seis meses (1,4% del PIB)", ha dicho Nabarro.
A principios de agosto, el Banco de Inglaterra (BoE por sus siglas en inglés) cumplía con las previsiones del mercado y elevaba los tipos de interés en 50 puntos básicos. La decisión de la entidad gobernada por Andrew Bailey suponía un hito, ya que se trataba del mayor aumento de la tasa de interés desde 1995. Además, el supervisor monetario advertía de que la economía británica entraría en recesión este mismo año y que la inflación llegaría al 13,3% en octubre.
En su análisis, Citi espera que en las próximas tres reuniones del banco central británico se aumenten las tasas otros 125 puntos básicos, después que la inflación alcanzara el 10,1% en julio.
"Incluso con la economía suavizándose, los datos de la semana pasada reafirmaron que el riesgo continuo de transferencia de la inflación general a la fijación de salarios y precios internos podría acelerarse", ha valorado Nabarro.
"Con la inflación ahora programada para alcanzar un máximo sustancialmente más alto que el pronóstico del 13% en agosto, esperamos que la Comisión de Política Monetaria (MPC, por sus siglas en inglés) concluya que los riesgos que rodean a una inflación más persistente se han intensificado".
Esto significaría lleva las tasas a territorio restrictivo y Citi anticipa que si se comienzan a percibir signos de que la inflación se está arraigando, será necesario una tasa de préstamo de referencia entre el 6% y el 7% para controlar la elevación de precios.
"Por ahora, sin embargo, seguimos pensando que la evidencia de tales efectos es limitada, con aumentos en el desempleo aún más propensos a permitir que el MPC se detenga alrededor del cambio de año", ha sentenciado Nabarro.