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China sigue inmersa en un proceso de recuperación económica y de devolver la confianza a los inversores extranjeros, en medio de la crisis inmobiliaria que atraviesa el país. En este contexto, el gigante asiático ha prometido que impulsará aún más la supervisión del sector financiero para reducir los riesgos.

Así lo ha anunciado el presidente Xi Jinping durante la Conferencia Central de Trabajo Financiero, que se ha celebrado los días 30 y 31 de octubre en Beijing y de la que se ha hecho eco la Televisión Central de China.

En ella, se ha dado a conocer que se fortalecerá integralmente la supervisión financiera y se protegerá eficazmente contra los riesgos, así como que todas las actividades financieras estarán sujetas a esta supervisión de conformidad con la ley.

Además, se ha pedido apoyo para que las grandes instituciones financieras estatales sirvan mejor a la economía y salvaguarden la estabilidad del sistema, al tiempo que aumentan el escrutinio de los rivales más pequeños y se comprometen a deshacerse de sus riesgos de manera oportuna.

Las autoridades, por su parte, se han comprometido a impulsar el apoyo financiero a los sectores más débiles y a aquellas áreas estratégicamente importantes, incluida la tecnología, la manufactura avanzada y las pequeñas empresas.

La reunión, seguida muy cerca por los mercados, se ha producido en un momento crucial para China, que se encuentra en medio de crecientes interrogantes sobre la trayectoria política y económica del país, que ha llevado a inversores extranjeros a sacar su dinero del gigante asiático a un ritmo récord y a empresas de Wall Street, como Goldman Sachs, a reducir sus ambiciosos planes de expansión.

Del mismo modo, China ha reiterado que fortalecerá el liderazgo "centralizado y unificado" del Partido Comunista sobre el sector, que es la "garantía fundamental" de todo trabajo financiero, y que tomará medidas enérgicas contra la corrupción.

También se ha adelantado que el país promoverá una apertura de alto nivel del sector financiero, facilitará la inversión y la financiación transfronteriza y atraerá más instituciones financieras extranjeras y fondos a largo plazo.

Durante la Conferencia, el presidente también expuso que se harán esfuerzos para mejorar la regulación de los promotores inmobiliarios y sus fondos, según recoge 'Bloomberg'.

En este sentido, los planes esbozados exigen que todos los promotores, independientemente de su propiedad, tienen que recibir el mismo trato en lo que respecta a una financiación razonable. Además, China aprovechará al máximo su conjunto de herramientas políticas para apoyar la demanda de vivienda y construir un nuevo modelo de desarrollo inmobiliario.

Asimismo, cabe recordar que a finales de septiembre, China puso en marcha un programa de canje de deuda por valor de 1 billón de yuanes (137.000 millones de dólares), que permite a los gobiernos locales reemplazar su llamada deuda "oculta" por bonos con tipos de interés más bajos.

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