Las reservas exteriores han experimentado pocos cambios durante el pasado mes de febrero, lo que lleva al grupo de expertos a la conclusión de que las políticas de Beijing sobre hacer controles de capital más estrictos y una mejor comunicación que su intención de no devaluar la moneda están dando sus frutos.
Durante el pasado mes de febrero, las reservas en divisas extranjeras han experimentado un descenso de 28.570 millones de dólares (26.211 millones de euros) con respecto a enero, cuando se registró una caída de 99.500 millones de dólares (91.284 millones de euros).
"La menor caída de las reservas de divisas de China en cuatro meses sugiere que las salidas de capital han disminuido, lo que permite al Banco Popular de China (PBoC), frenar el ritmo de su intervención," ha dicho Julian Evans-Pritchard, economista de Capital Economics.
De acuerdo con su pronóstico, la balanza por cuenta corriente de China ha registrado un superávit de aproximadamente 30 mil millones de dólares el mes pasado, lo que significa que las reservas de divisas fluirían en el país a ese ritmo, y que se habrían añadido alrededor de 5 mil millones dólares a las reservas que no se mantienen en el dólar estadounidense. Evans-Pritchard estima unas salidas netas de capital de China para el mes de alrededor de 65 mil millones de dólares. Esto sería casi la mitad de los 128 billones de dólares observados en enero.
"El resultado es que la combinación de controles de capital más estrictos y la continua intervención del mercado de divisas junto a los esfuerzos del Banco Popular de China por comunicar mejor su intención de no permitir que el renminbi se devalúe parece estar dando frutos."
La moneda china, el yuan, se ha estancado en términos ponderados de negociación desde el Año Nuevo Chino, a principios de febrero, y ha ganado un 0,9% frente al dólar.
Evans-Pritchard también ha tomado nota de los resultados del estudio de BPI publicado durante el fin de semana que reveló que las empresas chinas están pagando sus deudas en dólares estadounidenses, a la espera de un yuan más débil. "Este es un escenario mucho menos desestabilizador que si los residentes chinos estuviesen intercambiando activos en el extranjero", ha concluido.