China y Estados Unidos se han comprometido en la Conferencia del Clima COP26 de Glasgow a aumentar la cooperación en materia de acción climática, en un acuerdo que se ha considerado como 'la paz climática'.
Ambas potencias, las más contaminantes del mundo, han acordado reducir sus emisiones derivadas de la obtención de energía mediante materias primas como el metano o el carbón, dos grandes fuentes de gases de efecto invernadero que aumentan la temperatura del planeta.
Este acuerdo, apadrinado por la Unión Europea, tenía como meta recortar el 30% de metano de origen antopogénico en 2030, algo a lo que China no se había sumado y, realmente, sigue sin hacerlo. Pese a ello, el Gobierno del gigante asiático se ha comprometido a desarrollar un plan que tenga un efecto significativo en el control y reducción de emisiones.
El escrito, publicado por los gobiernos de los dos países, reconoce que hay "una brecha" entre el esfuerzo contra el cambio climático y el acuerdo de París. De hecho, admiten que va a ser muy complicado no superar los 2 grados de aumento de la temperatura media. "Reforzaremos conjuntamente la acción climática y la cooperación con respecto a nuestras respectivas situaciones nacionales", afirman.
Estos objetivos pueden plantear problemas en aquellos países donde todavía no se ha desarrollado las formas alternativas de energía y que tienen economías que dependen de las materias primas más contaminantes. Es el caso de ciertas zonas de China o Estados Unidos, pero también de países como Australia.