La CEOE ha asegurado que la retirada de las medidas de reducción de impuestos para moderar la inflación llevada a cabo por el Gobierno se ha traducido en un aumento de seis décimas en el Índice de Precios de Consumo (IPC) en junio, en línea con lo sucedido en los últimos meses.
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La inflación bajó dos décimas en el sexto mes del año, hasta situar su tasa interanual en el 3,4%, debido, principalmente, a la bajada de los precios de los carburantes. Además, ha contribuido la evolución de los alimentos, que subieron un 4,2%, al menor ritmo desde 2021.
Desde la CEOE destacan que los productos energéticos siguen situándose como el componente más inflacionista de la cesta, superando a los alimentos, pese a mostrar en junio una desaceleración. Por su parte, señalan que los componentes de la inflación subyacente han ralentizado sus incrementos de precios, excepto en los servicios.
"De hecho, el dinamismo de la demanda en los servicios, junto al aumento de los costes de producción (sobre todo, los salariales), podrían dificultar la contención de sus precios a medio plazo", dicen.
En julio, el IVA de la electricidad volverá a reducirse hasta el 10%, mientras que el IVA de los alimentos básicos, incluido el aceite de oliva, se mantendrá en el 0% hasta el mes de octubre, cuando aumentará hasta el 2%. "Todo ello supondrá una cierta contención de los precios en estos productos en los próximos meses, estiman.
Su previsión para el resto del año es que la inflación se mantendrá ligeramente por encima del 3% y que la subyacente continuará moderándose, aunque de forma muy gradual, dada la resistencia a la baja de alguno de sus componentes.
En todo caso, matizan que esta evolución se verá condicionada por el ritmo de reversión de las medidas antiinflacionarias aprobadas por el Gobierno y la evolución de los precios de las materias primas en los mercados internacionales.
