Cataluña ha salido al rescate de los afectados por un ERTE y los parados a causa de la pandemia aprobando la deducción en el IRPF para las rentas más bajas para no "penalizarlos". Así lo ha dado a conocer la portavoz de la Generalitat, la consellera Mertixell Budó.
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Esta nueva medida se une a otras ya aprobadas por la Generalitat para hacer frente a la crisis del coronavirus, como la suspensión de los desahucios de grandes propietarios en pleno estado de alarma.
La portavoz de la Generalitat, en la rueda de prensa telemática de este martes, ha anticipado que unas 250.000 personas en Cataluña se pueden llegar a beneficiar de esta ayuda, que hará que el Govern deje de ingresar unos 16,3 millones de euros en sus Presupuestos de 2022.
La regulación actual del IRPF establece que no están obligados a presentar la declaración los contribuyentes que han percibido rendimientos íntegros del trabajo de un mismo pagador por un importe inferior a 22.000 euros brutos anuales.
Sin embargo, si los rendimientos proceden de dos o más pagadores, la declaración debe presentarse a partir de los 14.000 euros brutos anuales recibidos.
Esta situación afectaría a los trabajadores que durante este año hayan cobrado una parte del sueldo de su empresa y la otra del Estado, en forma de prestaciones contributivas en caso de verse afectado por un ERTE por la pandemia o por haberse quedado en el paro.
Para que estos trabajadores no se vean penalizados por esta situación en la declaración de la renta, el Govern ha impulsado esta deducción autonómica del IRPF, que equivale a la diferencia entre la cuota íntegra catalana y la cuota íntegra estatal, siempre que la diferencia sea positiva.
