El gobernador del Banco de Inglaterra (BoE), Mark Carney, ha comparecido este martes frente a los miembros del Parlamento del Reino Unido para defender las decisiones tomadas por el regulador y justificar el débil comportamiento reciente de la economía de las islas. Una política monetaria correcta, en opinión del banquero inglés, tras la influencia de "factores temporales" que justifican una más lenta retirada de los estímulos. No obstante, Carney recordó la intención del BoE de volver a la senda de la normalización de manera gradual y continua, algo para lo que los agentes económicos deben estar preparados.
La decisión de mantener en mayo los tipos de interés en el 0,5% puso en duda la coherencia de los mensajes emitidos desde el regulador, quien a principios de año anunciaba "mayores y más rápidas medidas" que no se han producido. El avance de los precios ha caído desde entonces sin la excusa de una política más restrictiva, y el consenso del mercado indica que lo seguirá haciendo. La última lectura de marzo (2,5%) continúa estando por encima del objetivo del banco, pero la sombra del Brexit y los tímidos datos 'macro' del primer trimestre no respaldan medidas tajantes.
Así, el precio del dinero continuará estable al menos hasta verano, cuando el Comité de Política Monetaria (MPC) volverá a reunirse. Uno de sus miembros, Gertjan Vlieghe, ha comparecido frente al Comité del Tesoro momentos antes que su 'jefe' para mostrar su predicción de seis subidas de tipos en los próximos tres años. Una postura ligeramente más 'halcón' que la aportada por el regulador desde el comienzo de año, que sin embargo continúa sin ser excesivamente agresiva para el corto plazo. Tras estas palabras, la libra se ha apreciado frente al dólar apenas un 0,25% desde el inicio de la jornada.
"No hay posibilidad" de dar previsiones incondicionales sobre el futuro de los tipos de interés, afirmó Saunders (MPC)
Y entonces llegaron las preguntas para el gobernador. Sobre una política de comunicación más explicita, como la aportada por Vlieghe, Carney aseguró que se trata de un tema discutido dentro del MPC, cuya mayoría de miembros coincide en restringir los mensajes proporcionados desde el Comité. "No hay posibilidad" de dar previsiones incondicionales sobre el futuro de los tipos de interés, destacaba el regulador Michael Saunders durante la comparecencia.
Preguntado sobre la influencia del clima en los datos del primer trimestre, el banquero inglés aseguró su confianza en ver cifras más robustas en el corto plazo, con la Oficina Nacional de Estadística (ONS) británica aportando datos suficientes como para achacar este 'frenazo' al mal tiempo y las nevadas.
Así, el foco se centra en agosto como fecha ahora más probable para la primera subida de tipos del año. Aunque Carney parece haber comprendido su error y se niega a dar pistas de más. Un 'novio en el que no confiar', como citan los economistas británicos, que debe medir sus pasos si quiere mantener su credibilidad.