La sorpresa ha sido mayúscula en EEUU. Nadie se esperaba que el Producto Interior Bruto (PIB) repuntase tanto como lo ha hecho en el primer trimestre, por lo que las miradas rápidamente se han dirigido a la Reserva Federal (Fed), cuya próxima reunión está fijada para el 1 de mayo, y en ella decidirá sobre los tipos de interés. ¿Habrá un cambio de guión en la política monetaria de la institución que gobierna Jerome Powell? ¿O seguirá primando la prudencia?
El mercado lo tiene claro: la Fed no debe, ni lo hará, dar un giro a la política de prudencia que adoptó hace unos meses ante los signos de desaceleración de la economía mundial. Al menos por el momento. El propio Powell ha insistido en varias ocasiones en que van a ser "pacientes" con los tipos por la incertidumbre sobre las perspectivas económicas y las condiciones financieras, aunque ambas parecen haber mejorado drásticamente. De hecho, el crecimiento del PIB ha sido mucho más fuerte de lo esperado en el primer trimestre, en el que ha avanzado hasta el 3,2% (frente al 2,2% anterior), y las cotizaciones bursátiles han tocado en los últimos días sus máximos históricos.
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Actas de la Fed: la mayoría apuesta por mantener los tipos durante 2019Todo esto hace pensar en un posible cambio de rumbo del banco central que, según los expertos, no llegaría como pronto hasta el verano, aunque también reconocen que la mejora de los datos hará que el debate se ponga encima de la mesa en las próximas reuniones. De hecho, las actas de la última reunión de la Fed dejaban claro que hay diversidad de opiniones sobre qué hacer con la política monetaria. Y es que mientras algunos de sus miembros mantienen la puerta abierta a subir los tipos si la economía mejora, como parece que está ocurriendo, otra importante mayoría considera que la situación actual garantiza que los tipos permanecerán sin cambios en 2019.
Hay opiniones para todos los gustos. Algunos señalan que aunque el debate se caliente, tanto Powell como el resto de miembros del comité federal optarán por permanecer al margen, a la espera de que se confirmen los datos del PIB. Como recuerdan los expertos de Phanteon Macroeconomics, "en general, el PIB del primer trimestre tiende a ser subestimado". Es decir, que los datos adelantados suelen estar por debajo de los registros reales, por lo que no hay que descartar una posterior revisión al alza del crecimiento de EEUU en el segundo trimestre.
Hace unos días la Reserva Federal de Cleveland apuntaba que, de media, la primera estimación del crecimiento de los tres primeros meses del año era unos 0,6 puntos porcentuales más baja que el dato real, por lo que puede suceder que el PIB esté más cerca del 4% que del 3%. "El problema para la Fed ahora es que si el crecimiento continúa a este ritmo, el mercado laboral se endurecerá mucho más este año, y la cuestión de las subidas de tipos volverá a estar en la agenda", remarcan los analistas de Phanteon. Y desde S&P insisten en la misma idea: "La expectativa es que la cifra de crecimiento esté por encima".
LA INFLACIÓN ENTRA EN JUEGO
Otros, en cambio, no solo creen que la Fed mantendrá su política sin cambios, sino que incluso apuestan a que el próximo movimiento sea un recorte de los tipos de interés. Sobre todo porque hay otro dato que contrarresta el crecimiento: la inflación subyacente. Este dato, que es una medida clave para la Reserva Federal, ha caído hasta el 1,3% desde el 1,8% del cuarto trimestre. "La inflación moderada mantendrá a la Fed en espera, incluso cuando el crecimiento real se recupere", dicen los analistas de Berenberg.
Y en la misma línea se expresan los expertos de Monex Europe, que creen que Powell y los suyos "no verán ninguna razón para cambiar su evaluación de la economía sobre la base de este informe del PIB, dado que la inflación sigue siendo relativamente mansa". Los datos de inflación siguen siendo amables, y algunos analistas apuntan que, aunque es probable que las cifras repunten en el segundo trimestre, aun así es poco probable que la Fed se enfrente a una inflación superior a la prevista este año. Por tanto, la presión sobre los responsables de la formulación de políticas del banco central vendrá del mercado laboral.
Desde la plataforma de trading Infinox señalan que la combinación de alto crecimiento y baja inflación "pone a la Reserva Federal en una posición incómoda" ya que por un lado se despeja el camino para que suba los tipos de interés y, por otro, se reduce la necesidad de una subida. Por el contrario, el presidente Donald Trump, para quien la fortaleza de la economía estadounidense "es un activo clave" antes de las elecciones del año que viene, estará "deseoso de sacar provecho a largo plazo de esta última oleada de crecimiento en EEUU". Aunque eso no significa que vaya a abandonar su cruzada contra Powell por la que considera una mala gestión al frente de la Fed, y más si el banco central opta por retomar las subidas de tipos.