Las rentabilidades de los bonos soberanos a largo plazo, especialmente la del bono a 10 años estadounidense, han caído considerablemente en los últimos tiempos pese a que la inflación, motivo de su repunte durante los meses pasados, sigue preocupando actualmente. Así, el interés del bono a 10 años estadounidense ha bajado desde sus máximos del 1,77% a finales de marzo hasta niveles del 1,4%-1,5% por una serie de motivos que destacan los expertos.
Por un lado, está el hecho de que parece que toma fuerza la tesis de que la subida de la inflación será transitoria, argumento que sostienen los propios bancos centrales. Esto es así a pesar de "la evidencia de que (la inflación) bien podría ser mucho más persistente de lo que se considera confortable", explica Michael Hewson, director de análisis de CMC Markets.
Deutsche Bank, JP Morgan o Morgan Stanley también han alertado en lo que llevamos de mes de que la inflación ha llegado para quedarse. Pese a ello, el mercado está más cómodo -de momento- adoptando la tesis de la temporalidad, y eso estaría relajando el interés de los bonos.
Juan José Fernández-Figares, director de análisis de Link Securities, explicaba a Bolsamanía en su momento que la relación entre el aumento de la inflación y el incremento del rendimiento de los bonos se explica, entre otros motivos, porque los inversores buscan una mayor rentabilidad para sus inversiones ante una subida del coste de la vida, por lo que deshacen posiciones en los bonos, lo que hace descender sus precios y aumentar sus rendimientos. "El riesgo es que, si la rentabilidad de los bonos sube mucho, éstos vuelven a ser atractivos y la renta variable podría sufrir", añadía.
El propio Fernández-Figares recoge también una serie de razones, que se esgrimen ahora en el mercado, para explicar la caída actual en las rentabilidades de los bonos soberanos a largo plazo pese al fuerte repunte de inflación, aunque reconoce que ninguna de ellas le termina de convencer.
Por un lado está ese carácter temporal o transitorio del repunte de los precios al que se refiere Hewson. Al mismo tiempo, apunta al atractivo de los rendimientos de los bonos estadounidenses para los inversores europeos y japoneses, sobre todo con el dólar que se muestra débil. Este atractivo llevaría a éstos a comprar bonos, provocando un aumento de precios y una caída de rentabilidades. Y, en tercer lugar, también influye en la caída del rendimiento de los bonos el hecho de que las grandes políticas de gasto propuestas por el presidente estadounidense, Joe Biden, están 'en punto muerto' y parece que va a ser muy complicado que salgan adelante debido al riesgo de sobrecalentamiento de la economía que conllevaría la implantación.
"De no llevarse a cabo, el Tesoro no se verá forzado a emitir tanta deuda como se esperaba para financiar estas políticas fiscales expansivas, por lo que habrá menos oferta de bonos estadounidenses en los mercados", explica Fernández-Figares.
Aunque desde Link Análisis insisten en que ninguna de estas explicaciones resultan convincentes, reconocen que es posible que todas ellas en conjunto estén influyendo de alguna manera en la fortaleza reciente mostrada por los precios de los bonos. Con todo, consideran que esto tiene un carácter temporal, sobre todo si la Reserva Federal (Fed) comienza a retirar parte de sus estímulos monetarios a finales de este ejercicio.
LOS PLANES DE LA FED
La Reserva Federal (Fed) elevó este miércoles considerablemente sus expectativas de inflación para este año y adelantó el plazo sobre cuándo volverá a subir los tipos de interés.
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La Fed adelanta a 2023 su previsión de primera subida de tiposSin embargo, el banco central no dio ninguna indicación sobre cuándo comenzará a recortar su agresivo programa de compra de bonos, aunque el presidente de la Fed, Jerome Powell, reconoció que el tema fue discutido durante la reunión.
Como se esperaba, el Comité Federal de Mercado Abierto dejó por unanimidad su tipo de interés de referencia a corto plazo anclado cerca de cero. Pero los funcionarios indicaron que las subidas de tipos podrían llegar tan pronto como en 2023, después de decir en marzo que no veían subidas hasta al menos 2024. El llamado diagrama de puntos de las expectativas individuales de los miembros apunta a dos subidas en 2023.
Aunque la Fed elevó su expectativa de PCE general al 3,4%, un punto porcentual más que la proyección de marzo, en el comunicado posterior a la reunión siguió insistiendo en que las presiones inflacionistas son "transitorias". El aumento de las expectativas se produce en medio de la mayor subida de los precios en unos 13 años.
Con todo, en lo que coinciden los analistas es en que la Fed se ha mostrado menos 'dovish' y dispuesta a actuar "si las expectativas de inflación suben demasiado". La banco central espera un auge de la actividad en verano y una mayor inflación hasta 2021, "en línea con nuestras previsiones", apuntan desde Oxford Economics. También se espera que la inflación sea "más firme" en 2022 y que la inflación básica y la general superen moderadamente el objetivo del 2% hasta 2023.
Tras las declaraciones de la Fed, la rentabilidad del bono a 10 años subió desde niveles de 1,4% hasta el 1,577%.