El Índice de Precios al Consumo (IPC) de Estados Unidos ha cumplido este miércoles con las previsiones, con una caída de una décima que deja la tasa general en el 2,9% interanual y la subyacente, en el 3,2%. Además, esta nueva moderación de los precios acerca "aún más el recorte de la Fed de septiembre", como indican los analistas de Pepperstone.
Michael Brown, estratega de investigación senior de Pepperstone, asegura que la caída del IPC hace más factible un recorte en septiembre, aunque recuerda que "después de los datos de empleo de julio, más débiles de lo esperado, es el mercado laboral, y no la inflación, el que probablemente determine tanto la magnitud de tal medida como la la escala y la velocidad de nuevos pasos hacia la normalización de la política".
"Los precios generales aumentaron un 2,9% interanual, menos de lo esperado, y es la tasa de aumento anual más lenta desde marzo de 2021, mientras que el IPC subyacente aumentó un 3,2% interanual, con el ritmo más lento desde abril del mismo año. En términos intermensuales, tanto los precios generales como los subyacentes aumentaron un 0,2%, en línea con las expectativas, aunque provocaron una reacción cruzada marginalmente agresiva, presumiblemente como resultado del posicionamiento moderado previo al IPC después de las frías cifras del IPP de ayer", detalla.
Este analista considera "bastante improbable que las cifras de inflación alteren materialmente las perspectivas de política, aunque los datos probablemente ayuden a brindar a los funcionarios una mayor confianza en el proceso desinflacionario, a medida que las presiones sobre los precios continúan retrocediendo hacia el objetivo del 2%".
"El presidente Powell ya había insinuado claramente un recorte en septiembre en la conferencia de prensa de julio, y se convirtió en una certeza efectiva después del informe de empleo de julio. Aunque los participantes del mercado continúan enfrascados en un tira y afloja sobre si dicho recorte será de 25 pb o de 50 pb, un movimiento más modesto de 25 pb parece un primer paso razonable en el camino hacia la normalización de la política, y un recorte mayor probablemente huele a pánico en esta coyuntura", añade.
No obstante, continúa, "ahora que la inflación, particularmente según la métrica básica preferida del PCE, está a poca distancia del objetivo, la velocidad y el grado de nuevos recortes parecen depender de la evolución del mercado laboral".
"Salvo una mayor e inesperada debilidad del mercado laboral, un total de 50 puntos básicos de recortes este año (en septiembre y diciembre) parece el resultado más probable, aunque un recorte adicional de 25 puntos básicos en noviembre bien podría estar en juego si el desempleo aumentara aún más", concluye.
"LA SENDA PARA UN RECROTE ESTÁ DESPEJADA"
De manera similar, Bret Kenwell, analista de inversiones de eToro, subraya que "ante la ausencia de un repunte inesperado en el informe de inflación de hoy, parece que la senda para un recorte en septiembre está despejada".
"Con unos resultados en su mayoría en línea con las estimaciones, los inversores deberían confiar más en un recorte de tipos en septiembre. Sin embargo, ya no se trata de si la Fed bajará los tipos o cuándo lo hará, sino de si lo hará en 25 o 50 puntos básicos. El sector inmobiliario y el de utilities han sido los que mejor se han comportado en lo que va de mes, impulsados por la reciente especulación sobre la bajada de tipos. El informe de hoy aumenta la confianza en la bajada de tipos y podría actuar como catalizador alcista para estos grupos, y para la renta variable en general", destaca.
Por su parte, Mahmoud Alkudsi, analista senior de mercado de ADSS, declara que "este movimiento a la baja de la inflación ha generado expectativas crecientes de un giro de la política monetaria, con recortes de las tasas de interés aplicables para cumplir ambos elementos del doble mandato de la Reserva Federal".
"Ahora que es más probable un recorte de tipos de 50 puntos básicos en septiembre, la Reserva Federal podría terminar el año reduciendo las tasas de interés en al menos un 1%. Este escenario sugiere una posible debilidad del dólar y, al mismo tiempo, brinda apoyo a los mercados de valores, que han experimentado una alta volatilidad recientemente debido a la eliminación del 'carry trade' del yen", concluye.