Marzo ha traído consigo un desplome en el avance de los precios. La inflación se ha moderado hasta el 3,3%, frente al 6% del mes anterior, colocándose en su nivel más bajo desde hace año y medio. El dato es significativo, ya que la comparación corresponde a marzo de 2022, en pleno estallido de la guerra en Ucrania y sus consecuencias económicas. El descenso ha sorprendido a los analistas, pero ¿se tratará solo de un espejismo? ¿Volverán a subir los precios?
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La inflación se desploma al 3,3% en marzo, mínimos de 2021, y la subyacente cae al 7,5%Aunque se esperaba un descenso por el efecto espejo con un mes de marzo de 2022 en el que la inflación aumentó un 3% ante el inicio de la guerra en Ucrania, "la variación de la tasa general sorprende", aseguran los expertos de Bankinter. Pero el efecto base ha tenido un papel importante, ya que el encarecimiento de la energía fue especialmente acusado en 2022 durante el mes de marzo tras el inicio de la guerra.
El pequeño repunte del Índice de Precios de Consumo (IPC) en enero y febrero generó algunas dudas sobre la senda de moderación de los precios en España. Sin embargo, el crecimiento se ha frenado incluso más de lo previsto en marzo. "Una fuerte ralentización que puede conducir a un exceso de optimismo", señalan en Ibercaja, donde creen que "cabe esperar que la desaceleración continúe, pero con altibajos".
"Si tenemos en cuenta que desde enero el IPC armonizado (IPCA) no ha dejado de aumentar, entendemos que la bajada en la tasa interanual es principalmente la ilusión del efecto base, es decir que en marzo del año pasado el IPCA aumentó aún más rápido que este año", coinciden en el Instituto de Investigación Flossbach von Storch.
Además, hay que tener en cuenta que la inflación subyacente sigue bajo presión, ya que en el tercer mes de año apenas se ha rebajado una décima tras varios meses al alza y se sitúa en un todavía excesivo 7,5%. "Hay que seguir estudiando los precios de los alimentos y la tasa subyacente, que muestran cierta resistencia a la baja". "Las claves para que finalice el episodio inflacionista en el que vivimos residen en que la moderación de los precios de la electricidad, el gas y los carburantes se traslade en mayor medida en las cadenas de producción y consumo y en que no se produzca una espiral precios-salarios", añaden desde la entidad.
Por su parte, en Bankinter también destacan que la referencia subyacente "se mantiene muy elevada y pone de manifiesto que el aumento de costes sigue trasladándose a los precios de bienes y servicios". Sus estimaciones apuntan a una tasa media del 4,3% en 2023 y del 2,8% en 2024.
Los expertos de Oxford Economics esperan que la inflación subyacente disminuya gradualmente a partir de ahora. Pero, "a pesar de un mayor enfriamiento de la tasa subyacente y de los alimentos", para ING "existe el riesgo de que la inflación vuelva a subir en 2024", puesto que "expirarán muchas medidas gubernamentales para compensar la inflación y los altos precios de la energía". Prevén que la inflación española se sitúe de media en el 3,8% en 2023 y del 3,1% en 2024.
En cuanto a la influencia de la inflación de España en la tasa de la zona euro y su correspondiente reacción en las decisiones del Banco Central Europeo (BCE), "no hay garantía de que estos cambios se muestren en los datos de eurozona, pero estos números son menos alarmantes de lo que temíamos", dicen en Pantheon Macroeconomics. "En conjunto, a pesar de las grandes caídas en la inflación general, estas lecturas darán poco aliento al BCE, ya que dejan claro que la inflación subyacente sigue siendo rígida", comentan en Oxford Economics, donde consideran que esto "impulsará al BCE a proceder con nuevas alzas, a pesar de las caídas en las tasas de inflación general".
Mientras, en Monex Europe opinan que el BCE se centrará en la lectura intermensual de la inflación y en la tasa subyacente "a la hora de continuar defendiendo la necesidad de mantener la actual hoja de ruta, con independencia de lo que veamos en las lecturas generales".