- La tendencia está clara: todos los tokens son valores y sólo se podrán intercambiar en mercados regulados
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Uno de los temidos cisnes negros del mercado de las criptodivisas en 2018 ha tomado forma esta semana. Después de acciones puntuales contra varias emisiones de tokens y muchos avisos sobre la fiabilidad de los intercambios de criptodivisas, la Comisión de Bolsas y Valores (SEC por sus siglas en inglés) de EEUU ha endurecido definitivamente su tono. Ha cargado con todo contra el mercado, al advertir que todas las plataformas de comercio de monedas virtuales deben sujetarse a sus normas. A la práctica, esta acción significa que el regulador considera que todos los tokens son valores cotizables.
En un comunicado emitido el 7 de marzo, ha señalado que estos negocios ”potencialmente ilegales" pueden estar dando a los inversores un sentido de seguridad inmerecido etiquetándose a sí mismos como "bolsas". El regulador ha dicho que necesitan registrarse en la SEC como una bolsa de valores nacional regulada o una sistema comercial alternativo.
Todavía está por ver qué implicaciones conlleva esta decisión, que ha provocado una abrupta reacción en el mercado: el bitcoin ha perdido un 26% en la semana y la capitalización total se ha desplomado a mínimos de un mes. La más relevante es que el regulador ha puesto sus líneas rojas sobre el candente debate en la comunidad cripto entre los tokens ‘security’ y los ‘utility’. De hecho, “ha dejado muy poco espacio para los segundos”, comenta Pablo Moreno de la Cova, cofundador de Icofunding.
Pero no es la única consecuencia. Además, pone en cuarentena el acceso del inversor retail a las criptomonedas, porque para operar en las bolsas reguladas, “se necesita una cuenta de valores”, aclara el experto en monedas de cifrado. Y dispara a matar contra las emisiones iniciales de tokens (ICOs), que está por ver si se podrán seguir efectuando como hasta la fecha, al menos en su oferta pública, añade Moreno de la Cova.
CRIPTOS Y LA SEC, UNA HISTORIA DE DESAMOR
Desde que la SEC empezó a escudriñar el boyante mercado de las monedas virtuales, ha mantenido una tirante relación con unos activos que escapan a su control. Primero, fueron los fondos cotizados. A pesar de que la Comisión del Comercio en Futuros sobre materias primas de Estados Unidos (CFTC, por sus siglas en inglés) apoyó los derivados sobre la de Satoshi Nakamoto, la agencia supervisora del mercado de valores no dio su brazo a torcer.
La SEC ha cambiado las reglas del juego y ha preparado un nuevo tablero en el que los activos virtuales deben ajustarse a sus normas y, de paso, dejar claro que sólo se podrán intercambiar en mercados regulados en EEUU
No sólo se ‘hizo la sorda’ ante estos productos, uno de los requisitos para que aprobara alguna de las peticiones que se amontonaban en su mesa desde hacía más de un año para lanzar un producto de inversión regulado en bolsa. Además, aireó divergencias entre ambas agencias cuando expresó su preocupación sobre los contratos de futuros del bitcoin. En definitiva, “nunca ha estado por la labor de oficializar los activos virtuales”, explican fuentes legales a Bolsamanía.
La naturaleza extremadamente volátil de estos instrumentos y el fácil acceso del gran público preocupan al regulador, ya que entre las funciones de la agencia de EEUU está el velar por el interés de los pequeños operadores. Y ahí es donde radica el resquemor de este organismo porque “corren el peligro de perder todo su capital en un mercado sumamente volátil”, añaden los expertos preguntados.
Así, la agencia ha preferido pecar de exceso de celo y cambiar las reglas del juego para que sean los activos virtuales quienes se ajusten a sus normas y, de paso, dejar claro que sólo se podrán intercambiar en mercados regulados en EEUU. “Aquellas plataformas que no se registren ponen a los inversores en riesgo”, ha redondeado la SEC.
TODOS SON VALORES
Pero si le preguntamos al magnate de la ciberseguridad y declarado defensor de las criptodivisas, John McAfee, la realidad es que el supervisor de los mercados “está asustado de perder poder y ha actuado a la desesperada”. Así se ha pronunciado en una declaración publicada en su cuenta de Twitter, en la que ha enfatizado que “muy pocos tokens cumplen los requisitos para entrar en la clasificación de valores” y ha instado al organismo gubernamental que se ciña al ‘test de Howey’.
De hecho, con su última acción, la SEC entra en contradicción. La CNMV estadounidense publicó un extenso documento en el que explicaba los criterios bajo los que, desde finales del verano pasado, procedería a clasificar las ICOs como ofertas de valores o no. Y usó el ya mencionado test, que se basa en un precedente judicial que data de los años 40, mediante el que cualquier transacción de activos digitales que cumple con una serie de parámetros es automáticamente clasificada como una ‘security’. Esto es, si es una inversión monetaria, si hay expectativas de obtener beneficios de dicha inversión, si se ejecuta en una empresa y si el rendimiento se obtiene de los esfuerzos y promoción de una tercera parte.
“En el mundo ‘cripto’ todos sabemos con total certeza que muy pocas monedas alcanzan estos requisitos”, ha insistido un enfadado McAfee. Pero desde hace unos meses, la entidad ha ido metiendo en el saco de los ‘tokens valores’ cada vez más activos hasta que ha lanzado su último órdago.
Así, estas criptos conviven con las monedas de cifrado más abundantes, las ‘utility’, llamadas de esta forma porque basan su valor en su utilidad. Son dos modelos que “pueden coexistir perfectamente”, apunta Alejandro Gómez de la Cruz, cofundador de Icofounding. Explica el experto en leyes sobre blockchain y monedas virtuales que, al catalogar todos los activos como cotizables, “se dispara contra la línea de flotación de las ICOs, que es que son intercambiables por servicios en el seno de una comunidad, lo que se conoce como ‘tokenomics’ de una compañía”.
Al catalogar todos los activos virtuables como cotizables, “se dispara contra la línea de flotación de las ICOs, lo que se conoce como ‘tokenomics’
Además, “es un modelo que ni está obsoleto ni ha dejado de tener sentido”, apunta Gómez de la Cruz, “porque el público minorista no puede invertir en los tokens valor”. Aunque sí reconoce que el problema de las ICOs que se han lanzado hasta la fecha es que muchas “se ha vendido bajo la promesa de rentabilidad para los inversores”, lo que ha desencadenado la batería de acciones de los reguladores.
¿PODRÁN SOBREVIVIR LAS 'CRIPTOS UTILITY'?
Con un incremento del 800% en 2017 y más de 5.000 millones recaudados, este tipo de emisiones de monedas virtuales supone una alternativa al venture capital, que es básicamente el modelo predominante hasta hace muy poco. Pero la decisión de la SEC devuelve el modelo al coto del inversor institucional, ya que se observa una tendencia a “dar más peso a la pre-ICO -o emisión privada-, en la que se busca entrada de fondos de este tipo”, indica Moreno de la Cova.
El director de finanzas de la plataforma de emisiones de tokens española opina que el organismo estadounidense marcará la tendencia ya que los “reguladores del resto del mundo van a hacer lo mismo” y espera una resolución similar por parte de la Autoridad Europea de Valores y Mercados (ESMA) por sus siglas en inglés.
Tras la prohibición de las ICOs en China, hace medio año, y del estrecho cerco al que se está sometiendo a las criptos en otros muchos países, aún hay un resquicio de esperanza: las plataformas de intercambio descentralizadas como Robinhood, Bitsquare y, próximamente Eosfinex, del bróker Bitfinex. “No se pueden regular estos sitios porque básicamente son programas informáticos sin dueño”, concluye Moreno de la Cova.