A Reino Unido solo le queda una opción sobre la mesa. Tras el nuevo rechazo del Parlamento al Acuerdo de Retirada acordado por Theresa May con Bruselas, y después de decir 'no' por la mínima a la posibilidad de un Brexit 'duro', ahora la única opción es la prórroga del artículo 50 del Tratado de Lisboa, que regula la salida de un país del bloque comunitario. La duda es si la UE lo aceptará.
Para hacerlo, el bloque comunitario ha puesto una condición sobre la mesa: que Reino Unido elabore un plan que garantice una solución y evite que la incertidumbre se prolongue indefinidamente. De hecho, la Unión Europea ya ha presionado a Londres diciendo que duda de la utilidad de retrasar el Brexit, quizá como toque de atención para que May tenga todo atado antes de acudir a Bruselas a pedir la prórroga del artículo 50.
El propio negociador de la UE para el Brexit, Michel Barnier, se preguntaba este miércoles "para qué" serviría retrasar la salida. "Prolongar esta negociación para hacer qué, puesto que la negociación sobre el artículo 50 está terminada", indicaba durante un debate en el Parlamento Europeo. Por eso ha reclamado al Gobierno de May un plan concreto, dejando claro que la Unión Europea no va a permitir que Reino Unido le pase la patata caliente para buscar una solución al atolladero en que se encuentra el Brexit. Según Barnier, antes de solicitar un retraso del Brexit, Reino Unido debe indicar a Bruselas qué tipo de relación futura desea establecer con el club comunitario.
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La UE exige a Reino Unido un plan para el Brexit antes de pedir una prórrogaEn palabras del negociador de la UE, ahora "corresponde al Gobierno británico decirnos, esperamos que de manera positiva, cómo desea proceder para reunir por fin una mayoría constructiva sobre una propuesta". Ese es el paso que debe dar la primera ministra, dejando claro a la Cámara de los Comunes que apostar por la prórroga en la votación de esta tarde no garantiza que se vaya a conseguir, ya que si los Estados miembro no dan su visto bueno (algo que probablemente discutirán en la reunión prevista para el 21 y 22 de marzo), el Brexit podría materializarse el 29 de marzo, fecha incialmente prevista, sin acuerdo.
Aunque es bastante improbable, ya que tanto Bruselas como varios jefes de Estado europeos se han mostrado a favor de la prórroga, eso sí, con condiciones. Hay que recordar que el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, dijo a finales de febrero que no se opondría a retrasar el Brexit siempre que sirva "para algo" y que haya una "perspectiva de cierta resolución", porque no se puede permitir que siga la incertidumbre. Y en el mismo sentido ha hablado el presidente de Francia, Emmanuel Macron, que ha confirmado su disposición de avalar el aplazamiento siempre que esté "justificado". De hecho, el dirigente galo ha asegurado que bloqueará la prórroga a menos que haya una "nueva opción" sobre la mesa por parte de Reino Unido. "De ninguna manera aceptaremos una prórroga sin un objetivo claro", ha señalado.
La canciller alemana, Angela Merkel, por su parte, ha lanzado la misma advertencia que sus homólogos. "Si Reino Unido necesita un poco más de tiempo no nos negaremos a ello", ha dicho en las últimas semanas, dejando claro que la responsabilidad de encontrar una solución recae en Reino Unido, porque la UE no puede, por sí sola, encontrar una salida. Lo que todos han dejado claro, sea como sea, es que el acuerdo del Brexit ya está cerrado y que no es negociable.
LA UE ELEVA LA PRESIÓN
A solo 15 días de la fecha del Brexit, el futuro sigue siendo incierto, pero los analistas creen que la UE acabará por aceptar la prórroga. "Aunque ha dicho que quiere buenas explicaciones, creemos que es bastante probable que se produzca una breve prórroga hasta mayo", señalan los expertos de Danske Bank en un informe, en el que ponen sobre la mesa la posibilidad de que el bloque comunitario valore la posibilidad de discutir si se ofrece una "larga prórroga" dada la magnitud de la derrota de Theresa May. "La mayoría de los legisladores espera una prórroga y piensa que en algún momento habrá un tercer intento de la 'premier' para conseguir el acuerdo", remarcan desde esta firma.
"La desunión de Reino Unido sobre el Brexit ha colocado al país en una posición muy débil frente a la UE"
Los expertos de Berenberg apuntan que lo más probable es que la UE "ejerza una presión significativa sobre Reino Unido para que se decida", aunque también creen que el bloque "está dispuesto a conceder un aplazamiento". El problema es que ahora la posición de los británicos es más difícil. "Como los 27 Estados miembro tienen que estar de acuerdo para aceptar esta petición, la desunión de Reino Unido ha colocado al país en una posición muy débil frente a la UE", opinan. De hecho, los analistas de esta firma apuntan que "si el Gobierno de May pide formalmente un aplazamiento, la UE puede establecer las condiciones, incluida la duración del mismo".
"Exasperada por casi tres años de vacilaciones de Reino Unido, la UE querrá saber para qué servirá el retraso", remarcan desde Berenberg, que da por hecho que el bloque comunitario presionará a los británicos para que decidan qué es lo que quieren. "Los Veintisiete amenazarán con la obligatoriedad de participar en las elecciones europeas como forma de acelerar el proceso de toma de decisiones", concluyen.
No obstante, no todo acabaría en la cumbre del 21-22 de marzo. Los expertos opinan que la UE será flexible si es necesario, de forma que si Reino Unido no ha comunicado antes de esa cita qué opción de Brexit quiere seguir, el bloque podría convocar una cumbre especial justo antes del 29 de marzo para aprobar la solicitud de aplazamiento. Según Berenberg, "si las cosas se ponen feas, la UE podría incluso aceptar un breve aplazamiento del Brexit si Reino Unido no ha decidido lo que quiere para el 29 de marzo. En ese caso, sin embargo, se pediría a los británicos que hicieran su elección entre las opciones disponibles muy rápidamente, a partir de una posición negociadora aún más débil".