- España no quedará inmune a los efectos del Brexit debido a sus fuertes conexiones con Reino Unido
- El turismo, la inversión española y las exportaciones podrían resentirse
Miércoles, 29 de marzo de 2017. Esta es la fecha elegida por la primera ministra británica, Theresa May, para activar oficialmente la salida de Reino Unido de la Unión Europea. A partir de entonces se iniciará un periodo de dos años de negociaciones entre ambas partes que no serán fáciles y que finalmente concluirán en el Brexit. Pero a tan solo horas de que se active la cláusula de divorcio asaltan las dudas: ¿cómo afectará todo este proceso a España?
Bajo la sombra del atentado ocurrido esta semana en las inmediaciones del Parlamento británico, May cumplirá con su compromiso de iniciar el Brexit antes de que marzo expire. Una vez dado el pistoletazo de salida, la cuestión es: ¿Brexit duro o Brexit blando?
Nadie sabe cuáles son los planes del Gobierno británico una vez que envíe la solicitud de divorcio, si se optará por una posición pragmática que limite daños mutuos o se elegirá la vía de la confrontación. La sucesora de David Cameron, no obstante, ya abogó en enero por un Brexit tajante y sin condiciones, una salida drástica del mercado único y de la unión aduanera, lo que convertiría a Reino Unido en un país tercero, tan ajeno a la Unión Europea como Estados Unidos o China.
Sin embargo, pese a este portazo, May daba alas a una posible relación especial con acuerdos específicos entre la UE y Reino Unido en varias áreas como los servicios financieros, la cooperación judicial y policial o los acuerdos aduaneros para mantener los flujos comerciales.
"El Brexit duro es un arma a la hora de negociar, una postura inicial, que será perfilada durante estos dos años de negociación en los que la UE no cederá fácilmente”
LAS PREVISIONES
Agustín Ulied, profesor del departamento de economía, finanzas y contabilidad de ESADE, asegura que, aunque todo apunta efectivamente a que May y su gobierno apostarán por una ruptura del mercado único y la circulación libre de trabajadores, “es muy difícil que suceda así porque Reino Unido sería el primer perjudicado”. En su opinión, esta estrategia simplemente es un arma a la hora de negociar, “una postura inicial, que será perfilada durante estos dos años de negociación en los que la UE no cederá fácilmente”, advierte.
Por su parte, Salvador Llaudes, investigador de Europa del Real Instituto Elcano, apunta a que las posibilidades de que Reino Unido no solo salga de la Unión Europea, sino también del mercado interior “son prácticamente totales”, dado que los británicos no ceden en tres condiciones fundamentales para poder permanecer en el marcado interior: “Pagar sumas de dinero considerables y de forma continuada al presupuesto comunitario, respetar la jurisdicción del Tribunal de Justicia para la Unión Europea y aceptar la libre circulación de trabajadores”.
ESPAÑA NO SERÁ INMUNE
Lo cierto es que la posibilidad de un Brexit duro preocupa también a España, donde, entre otros sectores, el turismo y la inversión empresarial, fuertemente expuestos a Reino Unido, pueden verse visiblemente afectados. Así lo defiende el último número de Cuadernos de Información Económica, editado por Funcas, en el que se asegura que España no quedará inmune a los efectos del Brexit debido a sus fuertes conexiones con Reino Unido, tanto en términos de flujos de personas (del turismo y migratorios) como de interrelaciones con el sector financiero.
Como señala este informe, Reino Unido es el cuarto mercado para las exportaciones de productos españoles, especialmente importante para los sectores del transporte (automóviles, trenes y aeronáutica) y alimentario (frutas y verduras). Por su parte, el superávit de la balanza de servicios de España refleja la fuerte entrada de turistas británicos al país (16,9 millones el año pasado), siendo el principal mercado para el sector turístico español.
España no quedará inmune a los efectos del Brexit debido a sus fuertes conexiones con Reino Unido
Respecto a los flujos migratorios, se estima que entre 800.000 y 1 millón de británicos viven al menos una parte del año en España, principalmente grupos de mayor edad con una fuerte dependencia de la Seguridad Social, que podrían ser vulnerables a un escenario de Brexit dada la posibilidad de que su acceso a los sistemas sanitarios de la UE se vea limitado. Por otro lado, Reino Unido es el principal destino para los emigrantes españoles, sobre todo jóvenes en busca de oportunidades laborales.
Agustín Ulied cree en la posibilidad de que Reino Unido devuelva a España a estos trabajadores, si bien no considera que las normas sean “tan estrictas y será un pequeño porcentaje”, ya que en su opinión “habrá sectores que se queden despoblados y a los británicos no les interesa perder esta mano de obra”. Respecto al turismo, afirma que no todo dependerá de la relación libra-euro, aunque probablemente el peso de Reino Unido se resienta en el PIB y se lleve por delante unas décimas de crecimiento. Además, confía en que los británicos residentes en España “se amoldarán y buscarán soluciones, como las tarjetas de residencia”. La nota negativa son las exportaciones españolas porque, si tras el Brexit aparecen tarifas o aranceles a esos intercambios, las ventas españolas en suelo británico “pueden caer hasta en 1.000 millones, un 5%”, analiza el experto.
Asimismo, como señala Funcas, la inversión española en el sector financiero de Reino Unido es especialmente relevante. La banca española tiene las mayores inversiones de todos los países europeos en el sector bancario privado de Reino Unido, solo por detrás de EEUU. También hay otras grandes empresas fuertemente expuestas como Telefónica e Iberdrola. De hecho, la depreciación de la libra ya está afectando al valor en euros de esas filiales y a los dividendos que esas filiales envían a sus cabeceras.
El turismo, la inversión española y las exportaciones podrían resentirse
¿QUÉ PASA CON GIBRALTAR?
Especialmente interesante es la situación de Gibraltar, la colonia británica sobre la que los expertos coinciden en que podría buscar un estatuto de asociación europea o un acuerdo de cosoberanía porque “a los gibraltareños no les interesa dejar de formar parte de la Unión Europea”, subraya Ulied. “Es posible que, por todo ello, y aparte del nuevo marco de relaciones entre la Unión y el Reino Unido, acabemos por ver un acuerdo bilateral entre éste último y España, para minimizar los posibles riesgos de la ruptura. Pero será más adelante”, sentencia Salvador Llaudes.
Sin embargo, un aspecto positivo que traería el Brexit a España podría ser el hecho de atraer empleados de bancos como UBS o Citi para operar desde Madrid hacia el resto de la UE. De hecho, Cristina Cifuentes y Manuela Carmena preparan un viaje a Londres para vender las ventajas competitivas de la comunidad y convencer a inversores que quieran dejar Londres tras el Brexit.
De momento, lo único que está claro es que el próximo miércoles se pondrá en marcha el proceso, lo que suceda en adelante con el comercio y con la libre circulación de trabajadores dependerá del acuerdo de divorcio al que lleguen el Reino Unido y la UE, así como del nuevo marco de relaciones entre ambos, “cuestión ésta que muy probablemente lleve bastante más tiempo resolver”, concluyen desde el Real Instituto Elcano.