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El gobernador del Banco de Inglaterra, Andrew Bailey.

Más datos macro relevantes que generan reacciones unánimes entre los economistas. En este caso se trata de la inflación de marzo de Reino Unido, que se publicó este miércoles y que cayó menos de lo previsto. Se esperaba un descenso interanual por debajo del 10% después de la sorprendente subida hasta el 10,4% en febrero. Al final, sin embargo, se moderó solo hasta el 10,1%. La inflación subyacente se mantuvo sin cambios en el 6,2%.

Aunque las presiones sobre los precios disminuyeron en los carburantes, la ropa, los restaurantes y los hoteles, se mantienen los efectos al alza de los alimentos y bebidas, el ocio y la cultura. La inflación de alimentos y bebidas no alcohólicas pasó del 18,2% en febrero al 19,2% en marzo, el nivel más alto en 45 años, impulsada por la inflación del pan y los cereales, que alcanzó un máximo histórico.

Los analistas tienen claro que este dato, junto con el fuerte crecimiento de los salarios que se dio a conocer el martes, deja pocas opciones al Banco de Inglaterra (BoE), que se verá obligado a subir los tipos en 25 puntos básicos en su reunión del 11 de mayo, tal y como hizo en el encuentro de marzo, para que acaben situados en el 4,5%.

"Reaccionando a las cifras de IPC, los mercados están valorando al menos dos subidas más del BoE, llevando los tipos de interés hasta el 4,75%"

"A la luz del sólido informe sobre el mercado laboral de marzo y de los datos de inflación, que apuntan a una mejora más lenta de lo esperado, esperamos que el BoE suba los tipos 25 puntos básicos más en mayo, situándolos en el 4,5%", señala Anna Titareva, economista de UBS.

"La noticia de que el IPC británico se mantiene en dos dígitos no hace sino reforzar los argumentos del Banco de Inglaterra para seguir subiendo los tipos de interés", afirma Russ Mould, director de inversiones de AJ Bell.

Victoria Scholar, responsable de análisis de Interative Investor, coincide con este planteamiento. "Aunque crecen las expectativas de una pausa moderada del Banco de Inglaterra en mayo, los datos de inflación, más altos de lo esperado y con una presión sobre los precios por encima del 10%, podrían inclinar la balanza hacia otro aumento de 25 puntos básicos en su próxima reunión", comenta.

El BoE fue el primero de los principales bancos centrales en empezar a subir los tipos a finales de 2021. Sin embargo, su timidez a la hora de incrementarlos parece haber creado una situación en la que es probable que la inflación se mantenga alta durante más tiempo, avisa Michael Hewson, director de análisis de CMC Markets en Londres. Esta postura contrasta, por ejemplo, con la de la Reserva Federal (Fed), que empezó a subir tipos más de tres meses después que el BoE y que los tiene actualmente más altos (4,75%-5,00%).

"Reaccionando a las cifras de este miércoles, los mercados están valorando al menos dos subidas más (del BoE), llevando los tipos de interés hasta el 4,75%, y están divididos sobre si los banqueros centrales tendrán que ir aún más lejos después de que la cifra crucial de la inflación subyacente se mantuviera obstinadamente estática", afirma al respecto Danni Hewson, responsable de análisis financiero de AJ Bell.

Explica Hewson que el coste de la vida ha ido aumentando mientras que los salarios luchan por seguir el ritmo de una inflación tan alta, "lo que significa que a mucha gente le queda cada vez más mes al final del dinero".

"Los consumidores británicos deben estar totalmente hartos de la situación y les enfadará que otras partes del mundo parezcan beneficiarse de una inflación que baja mucho más rápido. Las advertencias de que algunos precios, sobre todo los de los alimentos, podrían no haber tocado techo todavía resultarán más que frustrantes para mucha gente", afirma este economista.

CERCA DEL PUNTO ÁLGIDO DE SU CICLO DE TIPOS

Berenberg mantiene su tesis de que el BoE está cerca del punto álgido de su ciclo de tipos pese a los datos de inflación y a los aumentos salariales. "Las perspectivas a medio plazo -a juzgar por el equilibrio de los fundamentos- siguen siendo desinflacionistas. Por lo tanto, seguimos creyendo que el Banco de Inglaterra está cerca del punto álgido de su ciclo de tipos", indica.

La firma alemana plantea dos razonas para sustentar esta opinión. En primer lugar, explica que los actuales precios del gas al por mayor sugieren un gran efecto de base negativo sobre la inflación general este año. En este sentido, subraya que la ONS estimó recientemente que alrededor de tres cuartas partes del repunte de la inflación han procedido de los precios de la energía o de componentes de la cesta del IPC con una elevada intensidad energética.

En segundo lugar, Berenberg se refiere al significativo endurecimiento monetario que comenzó a finales de 2022 que, combinado con una leve austeridad fiscal, suavizará las subidas de los salarios y los precios internos a lo largo de 2023 y 2024.

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