Es el eterno debate. ¿El bitcoin puede desempeñar el mismo rol que una moneda soberana o puede convertirse en un valor refugio como el oro? Los analistas de Morgan Stanley identifican oportunidades para la creación de Satoshi Nakamoto de ejercer funciones de instrumento financiero con valor de divisa o de activo refugio en el futuro, al tiempo que aseguran que tanto la más operada de las monedas digitales como la tecnología que la sustenta, el blockchain, aún deben superar varios retos.
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El dilema al que analistas e inversores se han enfrentado por igual vuelve a crear desvelos entre los participantes de los mercados financieros, en un momento en que el bitcoin acaba de marcar nuevos mínimos anuales. Presa de una tendencia bajista que ha gobernado sus movimientos en todo 2018, los expertos del banco de inversión estadounidense reconocen que “aún no está claro si bitcoin se convertirá en un elemento duradero del panorama financiero o si representa simplemente una moda pasajera”.
En las últimas semanas, a medida que se deslizaba hacia el precio de 5.880 dólares alcanzado el 24 de junio, no han faltado las voces que se han apresurado a rubricar la defunción del más operado de los activos digitales, que ha perdido un 60% de su valor en 2018. Mientras desde firmas como Allianz GI o autoridades como el execonomista del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kenneth Rogoff, han defendido que el valor intrínseco de la ‘cripto’ por antonomasia “tiende a cero”, Morgan Stanley no descarta que “pueda funcionar como una divisa u ofrecer refugio como el metal precioso amarillo”.
El bitcoin “es útil como reserva de valor, mecanismo de transacción y unidad de cuenta”
“Es útil como reserva de valor, mecanismo de transacción y unidad de cuenta”, argumentan desde la entidad financiera. “El bitcoin podría representar una opción atractiva para las divisas locales en países con una historia de inestabilidad financiera”, agregan, a la vez que señalan que “también podría jugar un papel parecido al que tradicionalmente ha desempeñado el oro, como cobertura frente a la incertidumbre”.
Para situarlo en contexto, el bitcoin actualmente en circulación está valorado en, aproximadamente, 125 millones de dólares mientras que el valor de todo el oro minado en la historia está valorado en 7,9 billones. Pero si el bitcoin empezara a funcionar de manera más parecida al oro en el escenario mundial, es posible que estas valoraciones llegaran a coincidir”, redondean desde Morgan Stanley.
TRES DESAFÍOS PARA EL BLOCKCHAIN
Donde hay menos discusión es en el potencial del gran libro contable donde se escriben las transacciones del bitcoin: el blockchain. Pero los desarrolladores de aplicaciones en la ‘cadena de bloques’ indican que el estado de esta tecnología es muy primitivo. “Ni siquiera está en beta, podríamos decir que es una fase alfa”, opina un programador en declaraciones a Bolsamanía.
Con todo, este 2018 ha sido también el año en que muchas empresas han anunciado estar trabajando en productos basados en lo que gurús como el ex I+D de telefónica, Carlos Domingo, comparan con el Internet de principios de los 90. Especialmente, las firmas financieras y de fintech están experimentando con procesos que agilizan y hacen más eficientes las transacciones transfronterizas o simplifican los registros de emisiones.
Pero el camino es largo y, por ello, Morgan Stanley identifica tres retos a superar por el blockchain en los próximos años. El primero consiste en alcanzar una masa crítica. “Las aplicaciones basadas en la blockchain se benefician de un efecto de red. Esto significa que la incorporación de cada persona a la red aumenta el valor de estar en ella para todos los demás”, explican.
En segundo lugar, destacan la inseguridad jurídica alrededor de esta tecnologia. “Los organismos reguladores de todo el mundo se han centrado más en todos los aspectos de los negocios basados en la tecnología blockchain. Por ejemplo, China y Corea del Sur han prohibido las ofertas iniciales de moneda (ICO) y las nuevas normas que limitan el alcance del uso de la blockchain podrían reducir su atractivo”, explican.
Y, por último, “los recursos necesarios”, prosiguen. La demanda de almacenamiento crece de forma exponencial con la adición de nodos/usuarios al sistema, y los cálculos para el sistema de prueba de trabajo necesarios para confirmar las transacciones de bitcoin requieren grandes cantidades de energía eléctrica (según algunos cálculos, alrededor del consumo de toda Dinamarca). Por lo tanto, predicen que “para seguir creciendo, habrá que realizar cambios en los protocolos para reducir la necesidad de recursos”.
Por todos estos motivos, antes de que el blockchain “se convierta en algo tan universal como Internet es probable que veamos una mezcla de empresas originarias de la tecnología blockchain y empresas que adopten la tecnología para mejorar sus procesos actuales y explorar nuevas oportunidades de mercado”, pronostican. “Creemos que el blockchain seguirá ganando protagonismo durante los próximos años”, expresan a modo de colofón.