La crisis bancaria de estos últimos días impactará en mayor medida en las futuras decisiones de política monetaria que en las perspectivas económicas, tanto de EEUU como de Europa. Así lo creen en Berenberg, donde aseguran que la compra de Credit Suisse por parte de UBS demuestra que el Banco Nacional de Suiza (SNB) está en modo 'lo que sea necesario' para detener el contagio.
"La crisis bancaria es un trastorno financiero importante, pero -todavía- no un evento económico importante", señalan los analistas. Como explican, "las turbulencias reducen el pico probable de los tipos de interés de los bancos centrales en ambos lados del Atlántico más de lo que perjudican las perspectivas de crecimiento económico".
De esta manera, ahora prevén que la Reserva Federal de EEUU (Fed) eleve sus tipos solo dos veces más en 25 puntos básicos cada una, hasta un máximo del 5%-5,25% en el segundo trimestre, en lugar del 5,5%-5,75% previsto anteriormente. En cuanto al Banco Central Europeo (BCE) aseguran que hasta hace diez días, los riesgos de que el tipo de depósito alcanzara un máximo del 3,5% estaban muy sesgados al alza.
"Los riesgos ahora están al menos equilibrados y pronto pueden inclinarse a la baja si los mercados financieros siguen inestables", dicen. Para el Banco de Inglaterra (BoE), estimaban un pico del 4,25% hasta hace diez días. "Ahora vemos una probabilidad casi uniforme de que el BoE permanezca en espera en su tipo actual del 4%".
Respecto al impacto económico, en Berenberg esperan que EEUU se contraiga un 1% en lugar del 0,5% desde el segundo hasta el cuarto trimestre de 2023, antes de recuperarse en 2024 debido a los recortes de tipos de la Fed desde finales de 2023 en adelante. "Esto reduce nuestras previsiones de crecimiento anual promedio en EEUU al 0,6% desde el 0,8% para 2023 y al 0,7% desde el 0,9% para 2024".
Para el Viejo Continente, tras la fuerte caída de los precios mayoristas del gas desde finales de septiembre "hemos mejorado repetidamente nuestras previsiones para el Producto Interior Bruto (PIB) de la zona euro desde octubre". "Mientras que los riesgos se inclinaron al alza hasta hace diez días, ahora parecen equilibrados. La larga serie de revisiones al alza del crecimiento económico en Europa probablemente haya llegado a su fin, al menos por ahora", apuntan.
Sin embargo, matizan que no hay que subestimar la resiliencia de las economías europeas: "Han demostrado repetidamente en los últimos 12 años que pueden digerir las conmociones mejor de lo que muchos analistas esperaban".
Por otro lado, los expertos de Berenberg hacen referencia a la actuación del SNB. "Volvió a demostrar que están en modo 'lo que sea necesario' para detener el contagio", afirman, ya que "su conjunto de herramientas financieras se extiende más allá de las inyecciones de liquidez específicas, la aceptación de activos devaluados a la par y una relajación temporal de los requisitos regulatorios".
En el escenario de crisis bancaria, consideran que "lograr un equilibrio sensato entre el control del contagio y el riesgo moral siempre es complicado para las autoridades". Y ven probable que la agitación en curso obligue a los bancos a reducir la toma de riesgos adicionales durante un tiempo para salvaguardar sus balances. "Esto puede incluir cierto acaparamiento de liquidez".
Además, destacan que las condiciones crediticias para la economía real se están endureciendo, al menos temporalmente, a ambos lados del Atlántico. Y "cuanto más endurezcan los mercados las condiciones financieras para la economía real, menos tendrán que hacerlo los bancos centrales elevando los tipos de interés". "No será perfecto ni fluido. Pero un pico más bajo en los tipos limita el daño potencial a la economía real".