No esperan que Estados Unidos caiga en recesión y creen que la economía europea lo hará considerablemente mejor de lo que prevé el consenso en la segunda parte de este año y en 2023. ¿Cuáles son los motivos de Berenberg para llegar a estas conclusiones?
La realidad es que la firma alemana se basa en cuatro supuestos, que podrían considerarse bastante optimistas, para fundamentar sus previsiones:
1. En primer lugar, considera que, aunque China continuará con los cierres regionales en serie para contener el Covid-19, no tendrá que recurrir a medidas que restrinjan el suministro a los mercados mundiales más de lo que ya ocurre actualmente.
2. En segundo lugar, cree que el flujo de gas de Rusia a la Unión Europea (UE) se reducirá significativamente, pero no se detendrá "total y abruptamente" antes de que termine el invierto de 2022/2023.
3. En tercer lugar, no espera que el impacto de la guerra de Rusia contra Ucrania en la confianza y en los mercados mundiales de energía, alimentos y otras materias primas se agrave mucho más.
4. Por último, aunque estima que las subidas de tipos de la Reserva Federal (Fed) ralentizarán el crecimiento de EEUU, no cree que le lleven a la recesión.
CAMBIO EN SUS ESTIMACIONES
Tras los últimos datos macro, incluida la "sorprendente" caída del PIB del primer trimestre en EEUU (se contrajo un 1,4% cuando se preveía una subida del 1%), Berenberg ha recortado sus estimaciones sobre el crecimiento económico al otro lado del Atlántico. Con los datos sobre la mesa, y atendiendo a las hipótesis arriba enumeradas, la firma proyecta ahora un crecimiento del 2,6% en lugar del 3,2% para este año, seguido del 2,3% (en lugar del 2,5%) para 2023 y del 2,1% (en lugar del 2,3%) para 2024.
"Mientras que la solidez del mercado laboral favorece el rápido aumento de los ingresos nominales, la elevada inflación pesa sobre los ingresos reales disponibles. Las subidas de tipos de la Reserva Federal contribuyen a una ralentización del crecimiento del PIB real hacia su tasa de tendencia", explica.
En el caso de Europa, reduce "ligeramente" la estimación prevista para los dos próximos trimestres. Ahora espera un estancamiento en el segundo trimestre (en lugar de un aumento del 0,1% trimestral) y una mejora del 1,0% en lugar de un 1,1% trimestral en el tercer trimestre de este año. Debido a la sorpresa al alza del primer trimestre (0,2% intertrimestral en lugar de la previsión de una lectura plana), estos cambios dejan la media anual del crecimiento de la eurozona en 2022 sin cambios, en el 2,8%, aunque reducen la estimación de estos analistas para 2023 (del 3,3% al 3,1%).
Estas previsiones de Berenberg para 2022 están en línea con el consenso, pero estos analistas reconocen que están "muy por encima" de lo estimado por éste para 2023 (3,1% frente al consenso de 'Bloomberg' de 2,4%). Esto se explica por el hecho de que, para los próximos dos trimestres, las proyecciones de PIB de la eurozona de Berenberg "difieren significativamente" del consenso.
"Mientras que nos preocupan más los riesgos a corto plazo (proyectando un PIB plano para el segundo trimestre frente al 0,5% trimestral del consenso), también esperamos un mayor repunte durante el verano, con un 1,0% trimestral para el tercer trimestre, ayudado por una fuerte temporada turística de verano, frente al 0,6% del consenso", explican.
En cuanto a la inflación de la zona euro, Berenberg eleva sus previsiones del 6,5% al 6,7% para 2022 y del 2,5% al 2,6% para 2023 debido a "un nuevo golpe en las cadenas de suministro".
BANCOS CENTRALES: NO TOCAN PREVISIONES
Respecto a los bancos centrales, no cambian sus previsiones. Tras las subidas de 50 puntos básicos del 4 de mayo y del 15 de junio, esperan que la Reserva Federal de EEUU suba los tipos 50 puntos básicos más en el tercer y cuarto trimestre de este año.
"Los indicios de un cierto debilitamiento del crecimiento del consumo privado real hacen aún menos probable que la Fed suba los tipos en 75 puntos básicos en cualquier reunión de este año", comentan.
En cuanto al Banco Central Europeo (BCE), prevén el fin de las compras netas de activos en julio y una subida de tipos de 25 puntos básicos en septiembre y diciembre, con una probabilidad del 40% de que el BCE empiece a subir los tipos ya en julio y, por tanto, se produzcan tres subidas en lugar de dos este año.