El Banco Central Europeo (BCE) ha empeorado su pronóstico de crecimiento para la eurozona este año y el siguiente, cuando prevé una expansión del 1,9% y del 1,7%, respectivamente, lo que representa un ajuste a la baja de una décima en ambos casos, según ha anunciado el presidente del BCE, Mario Draghi, en la rueda de prensa posterior a la reunión del Consejo de Gobierno de la institución.
De cara a 2020, el BCE ha decidido mantener sin cambios su pronóstico de crecimiento para la eurozona en el 1,7%, mientras que un año después espera que la expansión de la zona euro se moderará al 1,5%.
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El euro, animado por la oferta italiana del déficit y pendiente de DraghiEn su comparecencia ante los medios, el presidente del BCE ha señalado que "los riesgos para las perspectivas de crecimiento de la zona euro pueden considerarse todavía como equilibradas en general", aunque el banquero italiano ha advertido de que este balance de riesgos "se está moviendo a la baja".
En este sentido, Mario Draghi ha atribuido esta evolución a la persistencia de incertidumbres relacionadas con factores geopolíticos y la amenaza del proteccionismo, así como con vulnerabilidades en los mercados emergentes y la volatilidad en los mercados financieros.
En cuanto a la evolución de los precios, el BCE ha revisado al alza su previsión de inflación para 2018, cuando prevé una subida del 1,8%, una décima más que el pasado mes de septiembre, mientras que ha rebajado una décima la previsión de 2019, hasta el 1,6%.
Asimismo, de cara a 2020, el BCE ha mantenido sin cambios su previsión de una subida anual de los precios del 1,7%, mientras que para 2021 espera una tasa de inflación del 1,8%.
El Consejo de Gobierno del BCE decidió este jueves, en su última reunión de 2018, mantener el tipo de interés de referencia para sus operaciones de refinanciación en el 0%, mientras que la tasa de la facilidad de depósito continuará en el -0,40% y la de la facilidad de préstamo en el 0,25%.
Asimismo, tal y como estaba previsto, la entidad presidida por Mario Draghi confirmó el final de su programa de compra de activos en diciembre, tras casi cuatro años desde que empezara a adquirir bonos soberanos de los países de la zona euro.
El BCE indicó también que planea "reinvertir" durante un período "prolongado" tras el final de las compras netas de activos la mayoría de la deuda que vaya venciendo, especificando que estas reinversiones seguirán durante el tiempo que sea "necesario" para "mantener" las condiciones de liquidez, incluso después de que comience a subir los tipos de interés.