El Banco Central Europeo (BCE) ha advertido que el sector bancario todavía se enfrenta a muchas incertidumbres en un contexto marcado por la desaceleración económica. Y que, a pesar de que la probabilidad de una dura recesión ahora es quizás menor, "aún podríamos vernos sorprendidos negativamente por los desarrollos macroeconómicos".
Así lo ha manifestado el presidente del Consejo de Supervisión del BCE, el italiano Andrea Enria, en una entrevista con el diario lituano 'Verslo Zinios', en la que ha señalado que la alta inflación y la subida de los tipos de interés están afectando a la capacidad de los clientes de las entidades para pagar sus préstamos, lo que puede convertirse en un problema para la calidad de los activos bancarios.
"Si se comienza a ver que los hogares y las empresas tienen dificultades en ese sentido, esto podría convertirse fácilmente en un problema de calidad de los activos para los bancos", ha afirmado.
En este sentido, Enria ha pedido a las entidades que "estén muy atentos a esto, que identifiquen los signos de deterioro en la calidad de los activos, intervengan temprano y ofrezcan soluciones a los clientes".
Del mismo modo, el presidente del Consejo de Supervisión del BCE ha recordado que 2022 ha sido un año muy bueno para los bancos europeos, que cerraron con posiciones de capital muy fuertes y con una calidad de los activos que siguió mejorando.
No obstante, ha alertado que "hacia el cuarto trimestre del año vimos algunos leves signos de aumento en las tasas de morosidad, pero nada que fuera motivo de alarma"
Con todo, Enria ha reiterado que "la posición de liquidez sigue siendo muy buena. La calidad de los activos, como dije, siguió mejorando, y la rentabilidad en particular se volvió mucho más fuerte, porque la normalización de las tasas de interés tuvo un efecto positivo en los márgenes de interés de los bancos y en sus utilidades. Así que el año terminó con noticias muy positivas".