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Sin cambios ni novedades, la reunión del Banco Central Europeo (BCE) del mes de abril no debería alterar unos mercados que ya fijan la mirada en el cónclave bancario del mes de junio. Los analistas coinciden en que el debate en el seno del Consejo de Gobierno del banco central de este jueves será tranquilo. Sin embargo, los riesgos se hallan en lo que se calle más que en lo que se diga, lo que incrementará la especulación y el nerviosismo de cara a la reducción de los estímulos. Los expertos coinciden, de forma casi unánime, que se manifestará a dos meses vista.

Las actas de la reunión del BCE del 11 de marzo muestran que el banco central no tiene la intención de aumentar la dotación total del programa de compras de emergencia pandémica (PEPP) de 1.850.000 millones de euros, lo que significa que el incremento de las compras de activos a finales de marzo deberá compensarse más tarde. Además, ha quedado claro que el ajuste de estas intervenciones se revisará trimestralmente.

Así, el banco central reiterará este jueves su voluntad de mantener las condiciones financieras más favorables para la zona euro, especialmente porque su mensaje hasta ahora ha sido eficaz. Los tipos a largo plazo se han estabilizado: el bono alemán ha pasado de un mínimo del -0,64% en diciembre de 2020 al -0,27% a mediados de abril. Se trata de un aumento de 37 puntos básicos, en comparación con el aumento de 70 puntos básicos en el del Tesoro de EEUU a 10 años durante el mismo período. Por otra parte, los diferenciales de la deuda pública se mantienen estables y la transmisión de la política monetaria sigue funcionando.

Además, los datos económicos no han cambiado sustancialmente desde la última reunión y "hay indicios de que las economías más grandes se están adaptando a las restricciones de la pandemia mejor que antes y son más resistentes", comenta Neil Wilson, analista de Markets.com. La última encuesta Zew sobre la economía alemana muestra que el sentimiento de los inversores es el más alto en más de un año. El presidente del banco central francés señaló recientemente que la actividad económica está disminuyendo menos de lo que se temía en abril. Las vacunas, lentas al principio, están cogiendo ritmo y la Unión Europea (UE) debería estar en camino de alcanzar al Reino Unido y a Estados Unidos antes de que pase mucho tiempo.

Así, es previsible que el Consejo de Gobierno mantenga su postura moderada, pero también "que adopte un tono de prudente optimismo en cuanto a la economía y el ritmo de inmunización", avisa por su parte Anna Stupnytska, economista de Fidelity. Además, "las condiciones de financiación han seguido siendo favorables, ayudadas por la estabilización de los mercados mundiales de bonos durante el mes pasado, a pesar de la persistencia de datos sólidos y de las noticias positivas de estímulo fiscal procedentes de Estados Unidos", agrega. "Esta es una de las razones por las que el aumento de las compras en el marco del programa de compras de emergencia contra la pandemia (PEPP, por sus siglas en inglés) desde la última reunión ha estado por debajo de las expectativas: el BCE no ha tenido que intervenir agresivamente para limitar los rendimientos", argumenta.

CUIDADO CON EL DEBATE PREMATURO DE LA REDUCCIÓN DEL PEPP

Sin embargo, estos hechos llevan a los expertos de Bank of America a señalar que la reunión del BCE de esta semana podría ser la calma que precede a la tormenta. Esta mejora, combinada con el silencio del instituto emisor sobre la orientación para los próximos meses, "deja margen para el nerviosismo del mercado de cara a la reunión de junio". "Si los fondos UE Next Generation se pone en marcha a tiempo y las economías se reabren, los comentarios sobre la retirada de los estímulos del PEPP aumentarán".

Existe una división latente en el BCE entre quienes favorecen una política monetaria agresiva durante mucho tiempo y quienes abogan por una retirada gradual. Esta división apareció en el acta de la reunión del 11 de marzo, pero aún no se ha puesto de manifiesto. "Este debate llegará tarde o temprano", asegura Franck Dixmier, de Allianz GI. Mientras tanto, prosigue, "el entorno económico actual permite al BCE seguir justificando su política acomodaticia y posponer la desconexión de sus herramientas. En este contexto, los inversores deben mantener la calma".

"El BCE tendrá que tener cuidado de no complicarse la vida con respecto a cuándo y cómo saldrá del PEPP, si la reducción del programa coincide con el aumento de las compras de activos tradicionales, y cuál es la función de reacción", avisa por su parte Wilson. "Ahora no es el momento de estos debates, sin embargo, los mercados esperan que los halcones se vuelvan más ruidosos cuando la inflación comience a repuntar".

Por todo lo anterior, "no se puede descartar el riesgo de un error de política monetaria de halcón", advierten desde Bank of America, a la vez que ponen el acento sobre un "mini taper-tantrum en junio", dada la "falta de claridad en la función de reacción de la política de la entidad presidida por Christine Lagarde".

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