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El Banco Central Europeo (BCE) no tiene prisa por comenzar a bajar los tipos de interés y así lo hará saber en la reunión que el organismo celebra este jueves 25 de enero. Un encuentro en el que los analistas creen que pondrá freno a las expectativas del mercado, que se mueve entre los meses de marzo, abril o junio como comienzo para que la política monetaria se relaje.

De hehco, algunos miembros del Consejo del BCE han advertido que los mercados se están adelantando y esperan demasiados recortes de tipos demasiado pronto. "Es casi seguro que esta vez el BCE no realizará cambios en sus tipos de interés oficiales y no ofrecerá una orientación clara sobre cuándo espera comenzar a recortar. En cambio, esperamos que el BCE reitere que sus decisiones dependerán de los datos", expresan en Berenberg.

En su opinión, la presidenta del BCE, Christine Lagarde, "probablemente mantendrá la puerta abierta para un primer recorte en junio sin comprometerse plenamente a ello. Al enfatizar la necesidad de más datos sobre la dinámica de la inflación a principios de 2024, podría contrarrestar suavemente las expectativas del mercado de un primer recorte de tipos ya en abril".

Por ello, creen que es poco probable que se produzca un primer recorte en la reunión del 11 de abril, puesto que algunos de sus miembros han enfatizado que los datos salariales para principios de 2024, que estarán disponibles en abril y mayo, proporcionarán información importante sobre las perspectivas de inflación. "Eso es un argumento en contra de una medida en abril".

Para su reunión de junio, ven que el BCE puede basar su decisión en un nuevo conjunto de proyecciones trimestrales sobre crecimiento e inflación y en un conjunto de datos en gran medida completo para el primer trimestre. "Además, algunos miembros del Consejo, como Klaas Knot y Tuomas Välimäki, han señalado las expectativas excesivas del mercado sobre recortes de tipos como una razón para postergar las medidas reales: si los mercados están relajando demasiado las condiciones de financiación por sí solos, el BCE tendrá tomar el rumbo contrario para lograr su objetivo general", añaden.

Mientras, los recientes comentarios de Lagarde y del economista jefe, Philip Lane, apuntan a un posible primer recorte de tipos en la reunión del 6 de junio. Tras esto, en Berenberg ajustan su pronóstico y ahora esperan que el BCE comience a bajar los tipos tasas en junio en lugar de septiembre de 2024. "Como antes, esperamos que el BCE realice un total de cuatro recortes de 25 puntos básicos en cuatro trimestres".

En Julius Baer creen que el BCE podría estar preparado para reducir los tipos de interés "tan pronto como se celebre la reunión de marzo. Sin embargo, en abril estarán disponibles dos datos más sobre la inflación que podrían mostrar una cifra de inflación general volátil pero que confirman que la presión inflacionaria subyacente es del 2% o incluso inferior. En nuestra opinión, el BCE esperará a conocer estos datos antes de recortar los tipos de interés".

"Además, los datos sobre la dinámica salarial, como el índice de costes laborales o el crecimiento salarial negociado para el último trimestre de 2023, no se publicarán hasta después de la reunión de marzo. Es probable que el BCE haga hincapié en enfriar la dinámica salarial y, por tanto, posponga los recortes de tipos hasta la reunión de abril", matizan.

Los expertos se muestran "convencidos" de que el BCE quiere evitar dar orientaciones en materia de tipos, especialmente en lo que respecta a los recortes. "Cualquier orientación en este momento debilitaría la eficacia de la política monetaria actual, ya que fomentaría la especulación sobre recortes de tipos, que por sí solo tienen el potencial de aliviar las condiciones financieras generales mucho antes que la reducción real de los tipos. Esto contrarrestaría la intención del BCE de fijar tipos de interés "a niveles suficientemente restrictivos durante el tiempo que sea necesario" para recuperar sus credenciales de lucha contra la inflación", explican.

Por lo tanto, no prevén ninguna orientación para los recortes en la reunión de esta semana, "sino más bien un mensaje claro de que la política monetaria seguirá su curso restrictivo actual". Tampoco la esperan los analistas de PIMCO, que ven más probable que en la reunión de marzo se ofrezca más información: "Actualmente, las predicciones del mercado sugieren aproximadamente 140 puntos básicos de recortes de tipos para este año, comenzando alrededor de abril, y un tipo terminal cercano al 2% en 2025. Nos preguntamos si el BCE aplicará recortes de tipos tan pronto debido a las inciertas perspectivas de inflación".

También opinan que el BCE contrarrestará las expectativas del mercado los expertos de Pantheon Macroeconomics. Como comentan, Lagarde seguirá rechazando las expectativas del mercado de un recorte de tipos en primavera, "en consonancia con los comentarios de sus colegas responsables de la formulación de políticas en las últimas semanas. A pesar de todo lo que se habla de que el BCE está descontento con las expectativas del mercado, también vemos señales claras de que el banco central ahora está feliz de respaldar la opinión consensuada de que la flexibilización comenzará en el verano".

Reconocen que su pronóstico de un recorte de tipos en marzo "parecía bastante acertado a finales del año pasado, pero ahora se ha transformado en una especie de Ave María. Seguimos pensando que los datos de inflación de enero y febrero cambiarán la situación a nuestro favor. Mientras tanto, el BCE parece apoyarse en dos argumentos en su intento de desengañar a los mercados y a los pronosticadores sobre la idea de recortes de tipos antes del verano".

Como detallan, en primer lugar, que ha surgido recientemente en una comunicación del BCE, es que la caída de las expectativas de tipos de interés basadas en el mercado es contraproducente. "Esto se debe a que la caída de los tipos de mercado alivia las condiciones financieras, en contra del deseo del banco central de mantener una postura política restrictiva". "Este argumento tiene poco sentido para nosotros", apuntan.

En segundo lugar están los salarios. "Nuestra apuesta es que las preocupaciones del banco central sobre el rígido crecimiento de los salarios se disiparán a medida que la inflación caiga por debajo del objetivo en febrero. Pero, incluso si nuestros pronósticos a corto plazo son correctos, no podemos estar seguros de que las autoridades abandonen su enfoque en el crecimiento salarial. Si no lo hacen, incluso un recorte de tipos en junio está en peligro".

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