Los bancos centrales van a ser el centro de atención la próxima semana. Habrá reuniones de tipos de la Reserva Federal (Fed), del Banco Central Europeo (BCE) o del Banco de Inglaterra (BoE), unos encuentros muy esperados mientras se siguen de cerca sus planes para retirar los estímulos y endurecer tipos, muy condicionados por la evolución de la inflación y también por la expansión del Covid, especialmente ahora, con la aparición de la nueva cepa Ómicron.
El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, dijo la semana pasada que habría que retirar el adjetivo "transitoria" a la hora de valorar la inflación en Estados Unidos, saliéndose de la senda marcada hasta ahora por los principales bancos centrales, en especial el BCE. Al mismo tiempo, apuntó a una aceleración del 'tapering' o retirada de estímulos en su reunión de diciembre.
"En este momento, la economía es muy fuerte y las presiones inflacionarias son mayores, por lo que es apropiado, en mi opinión, considerar terminar con la reducción de nuestras compras de activos, que de hecho anunciamos en la reunión de noviembre, quizás unos meses antes", afirmó. "Espero que lo discutamos en nuestra próxima reunión", añadió. La Fed se reúne los días 14 y 15 de diciembre.
La pelota está ahora en el tejado del BCE, que se mantiene 'en sus trece' en la tesis de que la inflación es transitoria. El presidente del Eurogrupo, Paschal Donohoe, secundó este lunes esta idea, afirmando que la presión inflacionista en Europa sigue siendo "temporal", aunque reconociendo que su desaceleración esté tardando más de lo previsto.
La inflación general de la zona euro se disparó hasta un máximo del 4,9% interanual en noviembre, los aumentos de precios se están ampliando y los precios de producción avanzaron un 21,9% interanual en octubre. Con la subida de los precios de las importaciones (un 8,2% interanual en septiembre), los economistas reconocen que es cada vez más evidente que está surgiendo una presión inflacionista adicional.
SIN SORPRESAS EL 16 DE DICIEMBRE
Pese a este panorama, es poco probable que en la próxima reunión del BCE, del 16 de diciembre, el organismo dirigido por Christine Lagarde siga a la Fed en el cambio de la retórica sobre la inflación. Así lo cree Martin Wolburg, economista senior de Generali Investments, desde donde no esperan subidas de tipos por parte del BCE en 2022 ni tampoco en 2023.
"Los miembros el BCE seguirán insistiendo en que continúan evaluando el actual repunte de la inflación como transitorio por la conocida trinidad de efectos de base, el aumento de los precios de la energía y los cuellos de botella", afirma Wolburg, quien reconoce que "las presiones salariales siguen siendo bajas y las expectativas de inflación están ancladas".
Lagarde adelantó la pasada semana que su intención es ofrecer claridad respecto a la política monetaria en la reunión de diciembre. La presidenta del organismo monetario también comentó que, "en las circunstancias actuales, confiamos en que el PEPP (programa de compras de emergencia frente a la pandemia) se detenga" en marzo, tal y como estaba previsto.
"BUFFETT LIBRE" DE BANCOS CENTRALES
La semana que viene los inversores disfrutarán de "un auténtico buffet libre de decisiones de los bancos centrales", tal y como anticipa Jeffrey Halley, experto de Oanda. Hungría, Chile, Indonesia, Suiza, Noruega, México, Rusia y Turquía se sumarán a las reuniones más relevantes citadas más arriba. Por su parte, el Banco Popular de China (PBOC) anunciará su decisión al respecto la semana siguiente. "Después de que este lunes se informara del recorte de los RRR (coeficiente de reserva obligatoria), aumentan las probabilidades de que se produzca un recorte en el LPR a 1 año, como mínimo", prevé Halley.
Mientras que está más claro lo que harán el BCE o el Banco de Japón, desde Oanda creen que el panorama es "más oscuro" en la zona de Latinoamérica y Europa del Este, donde estiman que es probable que se mantenga el sesgo de endurecimiento. La India, por su parte, podría insinuar una subida en 2022 en un cambio de dirección a medida que aumentan las fuerzas de la estanflación. "Podemos suponer con seguridad que toda Asia, excepto Singapur y Corea del Sur, se mantendrá a la espera hasta 2022", señalan desde Oanda.
Turquía despierta especial interés tras todas las idas y venidas provocadas por las decisiones de su presidente, Erdogan, y sus injerencias en la política monetaria. "Será el caso atípico donde el colapso de la moneda y el aumento de la inflación podrían impulsar otro recorte de los tipos. El endurecimiento de la política monetaria de EEUU no ha sido totalmente valorado por los mercados, y una mayor divergencia en ese sentido con respecto a Turquía seguirá haciendo de la lira la divisa más difícil de operar del planeta. Estoy pensando en qué lugar de mi calendario de 2022 debo anotar el USD/TRY a 20.0000", concluye Jeffrey Halley con ironía.