photo de la presidente de la bce christine lagarde

Este jueves el Banco Central Europeo (BCE) celebra su primera reunión de 2024, un año en el que se espera que comience a recortar los tipos de interés. Sin embargo, parece claro que no lo hará todavía y las previsiones apuntan a que será en junio.

"Esperamos que el BCE se mantenga a la espera en la reunión de enero", dicen en Morgan Stanley, donde creen que todas las miradas estarán puestas en la evaluación que haga el Consejo de Gobierno sobre las perspectivas de inflación y que la conferencia de prensa debería centrarse en el momento y la magnitud de futuros recortes de tipos.

Y, si bien es probable que la narrativa en torno a los salarios y la inflación subyacente para 2024 y 2025 se mantenga sin cambios, prevén que se discutan dos riesgos: "Por un lado, la importante flexibilización de las condiciones financieras podría respaldar la inflación subyacente en 2025; por el otro, la fuerte caída reciente de los precios del gas natural, de mantenerse, sería un importante factor negativo para la inflación general en el corto plazo".

Para ellos, "una pregunta clave para la reunión de enero, similar a la de diciembre, girará en torno a los movimientos futuros de los tipos de interés y el momento y la magnitud de los recortes". Su escenario base sigue siendo un primer recorte en junio, de 25 puntos básicos, condicionado a los próximos datos de inflación y salarios.

Para ING, en la reunión del 25 de enero, el BCE "debería resistir la tentación de hacer retroceder las expectativas muy agresivas del mercado sobre los próximos recortes de tipos" después de que en los últimos días se haya producido una explosión de comentarios de los gobernadores de los bancos centrales nacionales sobre la posibilidad y el momento de los recortes de tipos. "Al final, fue la presidenta del BCE, Christine Lagarde, quien tuvo que intervenir, insinuando un primer recorte de tipos en junio".

En opinión de los analistas, "incluso si el crecimiento real continúa siendo más débil de lo que el BCE esperaba cada trimestre, y siempre y cuando la eurozona permanezca en modo de estancamiento de facto y no caiga en una recesión más severa, no hay razón para que el BCE reaccione ante un crecimiento más lento con recortes inminentes de los tipos".

Más de lo mismo esperan en Nomura. Que el organismo europeo deje los tipos sin cambios, en línea con las expectativas del consenso. "Además, también pensamos que es poco probable que el Consejo de Gobierno haga otros anuncios políticos en su reunión de enero".

¿Qué tiene que ocurrir para que el BCE se decida a dar el paso en verano? Creen que antes de considerar una flexibilización de la política, el BCE desea esperar los acuerdos salariales de enero y febrero y los datos de crecimiento salarial del primer trimestre de 2024 y evaluar cómo afectarán al impulso subyacente de las presiones inflacionarias internas. "Una vez confirmado que no espera un resurgimiento de las presiones inflacionarias internas en respuesta a los datos salariales de principios de 2024, podrá empezar a pensar en recortar y, finalmente, relajar la política".

Con este panorama, queda por ver si el encuentro de junio será señalado como la reunión clave a seguir. Para los expertos de Danske Bank, todavía es demasiado pronto para que el BCE declare la victoria sobre la inflación. "Si bien el BCE no se comprometerá a decir que un recorte de tipos es inminente, esperamos que reconozca que el siguiente paso es un recorte de tipos y que es probable que esto se discuta tras una confirmación exitosa de que no hay efectos de segunda ronda. Ese juicio se producirá tras las cifras de crecimiento salarial, muy probablemente para finales de abril", apuntan.

"Nos sigue gustando nuestra expectativa del primer recorte de tipos en junio", coinciden. "El BCE no está contento con las expectativas del mercado de un recorte de tipos en primavera, pero está de acuerdo con el consenso de un primer recorte en junio", comentan en Pantheon Macroeconomics. Su proyección es que el BCE volverá a revisar sus previsiones de inflación en marzo, "pero una rebaja probablemente no sea suficiente por sí sola para un recorte de tipos".

Noticias relacionadas

contador