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El Banco Central Europeo (BCE) ha revisado "significativamente" al alza sus previsiones de inflación para la eurozona, especialmente en 2022, cuando prevé que repunte al 3,2%, desde el 1,7% previsto en septiembre. En cuanto, al avance de la economía, ha reducido su pronóstico de crecimiento para la eurozona en 2022, aunque ha mejorado notablemente el de 2023.

La presidenta del BCE, Christine Lagarde, ha reconocido en rueda de prensa que, a pesar de esta revisión al alza de la inflación, la institución sigue confiando en que la subida de precios se relajará a lo largo de 2022 y se situará por debajo del 2% al final del horizonte de las proyecciones macroeconómicas.

De este modo, el banco central espera que la inflación de la zona euro en 2021 sea del 2,6%, frente al pronóstico de septiembre del 2,2%, para acelerar en 2022 al 3,2%, frente al 1,7% anticipado anteriormente, y solo relajarse al 1,8% un año después, tres décimas por encima de lo esperado con anterioridad. Para 2024, el BCE espera que la inflación sea del 1,8%.

El "repunte de la inflación refleja principalmente una fuerte subida de los precios de los combustibles, el gas y la electricidad", ha declarado Lagarde. Para detallar que en noviembre, la inflación energética representó más de la mitad de la inflación general. La demanda también sigue superando a la oferta limitada en ciertos sectores. Las consecuencias son especialmente visibles en los precios de los bienes duraderos y de los servicios de consumo que han vuelto a abrirse recientemente. Los efectos de base relacionados con el fin de la rebaja del IVA en Alemania siguen contribuyendo al aumento de la inflación, pero sólo hasta finales de año.

"No se sabe cuánto tiempo tardarán en resolverse estos problemas. Pero, a lo largo de 2022, esperamos que los precios de la energía se estabilicen, los patrones de consumo se normalicen y las presiones sobre los precios derivadas de los cuellos de botella de la oferta mundial disminuyan", ha asegurado la presidenta del banco central.

En cuanto al crecimiento del PIB de la zona euro, Lagarde ha reconocido una pérdida de impulso en los últimos meses de 2021 que se extenderá al arranque de 2022, lo que retrasará al primer trimestre del próximo año el momento en el que la eurozona recupere el PIB previo a la pandemia.

Asimismo, en su declaración inicia, ha reconocido que para hacer frente a la actual ola pandémica, algunos países de la zona del euro han reintroducido medidas de contención más estrictas. "Esto podría retrasar la recuperación, especialmente en el sector de los viajes, el turismo, la hostelería y el ocio. La pandemia está pesando en la confianza de los consumidores y las empresas, y la propagación de nuevas variantes del virus está creando una incertidumbre adicional. Además, el aumento del coste de la energía es un viento en contra para el consumo", ha explicado.

En este sentido, el BCE prevé ahora que el PIB de la región crezca un 5,1% este año, para desacelerarse al 4,2% en 2022, cuatro décimas menos de lo esperado el pasado mes de septiembre, aunque ha revisado al alza su pronóstico para 2023, hasta el 2,9% desde el 2,1%. De cara a 2024, el BCE espera una expansión del 1,6%.

En cualquier caso, la presidenta del BCE ha subrayado que continúa siendo necesario mantener una posición acomodaticia de la política monetaria, que deberá ser complementada con estímulos fiscales específicos, así como mantener la flexibilidad y las opciones abiertas.

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