Las medidas ultra-flexibles anunciadas en septiembre por el Banco Central Europeo (BCE) han servido en bandeja al presidente del organismo, Mario Draghi, una última reunión y comparecencia posterior en la que haya espacio para reivindicarse y sacar pecho de su sello personal al frente del instituto emisor. El banquero central entregará su testamento e incidirá en los estímulos como puntal de la política monetaria que ha implementado durante los ocho años de su mandato.
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Más de un tercio del Consejo del BCE se opuso a las medidas de DraghiLos expertos de califican el cónclave bancario de este 24 de octubre de "mero trámite" sin impacto en los mercados, tras el paquete de medidas del mes pasado y no esperan que se haga ningún anuncio importante. No obstante, analistas consultados sí subrayan la necesidad de que Draghi se explique, más en el contexto de gran división de la cúpula del BCE, un hecho "sin precedentes" para Franck Dixmier, director global de Renta Fija de Allianz GI.
En este sentido, espera Dixmier que el italiano "continúe manteniendo su enfoque pedagógico y justifique las medidas de estímulo monetario" que se pondrán en marcha: un recorte del 0,1% en los tipos de los depósitos, la implementación de los depósitos de varios niveles para los bancos y la reanudación de un programa de compra de activos netos. Estas explicaciones serán bienvenidas en el contexto de cisma en el Consejo de Gobierno del instituto emisor sobre las medidas con las que Draghi despide su mandato, subraya el analista.
Si bien las actas de la última reunión de política monetaria, publicadas el 10 de octubre, revelaron un consenso sobre la necesidad de tomar medidas, también mostraron una fuerte disensión sobre el contenido y el calendario de las mismas. La reanudación de un programa de compra de activos, adoptado por una mayoría "clara", fue muy criticada. Y, en particular, por primera vez en la historia del banco central, surgieron filtraciones que revelaron que el Comité de Política Monetaria (el cuerpo técnico de expertos del BCE y los bancos centrales nacionales) se había posicionado contra cualquier nueva flexibilización cuantitativa (QE). La oposición a los planes de estímulo acabó provocando la dimisión de la consejera alemana del organismo, Sabine Lautenschlaeger, que ha sido reemplazada por la profesora alemana Isabel Schnabel.
Para los expertos de Nomura, y dado el desacuerdo existente, la naturaleza abierta de este programa de compra de activos permite al BCE "adoptar una postura de espera". A medida que el Consejo vaya digiriendo las noticias económicas en curso, estará en condiciones de indicar una fecha futura de finalización del programa o de aumentar potencialmente las compras. Las compras mensuales de 20.000 millones de euros son lo suficientemente bajas como para permitir que el programa se ejecute durante un periodo "significativo" o "prolongado".
Además, esta reunión ofrecerá una oportunidad para que Draghi ponga en perspectiva la política monetaria del BCE. "En particular, debe reiterar que, si bien el banco central aún conserva margen de maniobra en caso de un mayor deterioro económico o presión a la baja sobre la inflación, en particular a través de las compras de activos y sus parámetros (clave de asignación de capital, tipos de activos), el BCE no puede hacer todo solo", comenta Dixmier.
Así, debería incidir en tres elementos que justifican una política monetaria agresiva que son, para el analista de Allianz GI, el contexto de incertidumbres política y geopolíticas que "sigue siendo tan de riesgo como siempre"; La actividad económica, que continúa deteriorándose en la zona euro, con una fuerte contracción en la actividad manufacturera, particularmente en Alemania, que ahora se está extendiendo al sector servicios; y que esta desaceleración económica aumenta los temores de impactos negativos en la inflación, cuyas expectativas (5Y/5Y swap de inflación al 1,22% el 18 de octubre) todavía están cerca de mínimos históricos a pesar de las medidas lanzadas en septiembre.
Los expertos de Nomura llaman a estar muy pendiente de cualquier alusión a la presión de los precios, después de que el pasado 16 de octubre se publicase un dato de IPC que se aleja claramente del objetivo del 2% del Banco Central, la inflación se quedó en el 0,8% cuando se esperaba que fuese del 0,9% y cuando el dato anterior fue del 1%. Esto podría conllevar a nuevas medidas de política monetaria expansiva en el futuro (seguramente ya bajo el mando de Christine Lagarde). Asimismo, ponen el acento en que el BCE aborde otras cuestiones como "la escasa utilización de las operaciones de refinanciación TLTRO-III y los efectos adversos del tiering".
Todo, en la reunión que el Consejo del banco central despedirá al hombre que pasará a la historia por aquellas tres palabras, "Whatever it takes", de julio de 2012, con las que salvó al euro y que han sido su marca personal a lo largo de todos estos años.