El Banco Central Europeo (BCE) ha publicado este jueves las actas de su última reunión de política monetaria, celebrada a finales de julio. En ellas expresa sus preocupaciones sobre la posibilidad de que las tensiones comerciales puedan generar una disminución de la confianza en toda la economía mundial. Aunque los "efectos adversos sobre la confianza en el comercio y las inversiones derivados de las tensiones comerciales por la imposición de aranceles hasta la fecha han sido limitados", aún están sujetos a "una considerable incertidumbre".
En cuanto a la economía de la zona euro, el BCE observa que hasta el momento "ha mostrado un grado considerable de resistencia interna" y "se ha vuelto más sólida en los últimos años". Sin embargo, cree que hay que ser cautos, una precaución que "está justificada, ya que una mayor incertidumbre en el entorno global podría afectar aún más a la zona del euro a lo largo del tiempo".
Los miembros de la entidad europea han evaluado los riesgos para el crecimiento de la zona euro y consideran que se han mantenido "en general equilibrados", aunque "los riesgos relacionados con el aumento del proteccionismo, las vulnerabilidades en los países emergentes y la volatilidad de los mercados financieros han ganado más prominencia recientemente".
"Una mayor incertidumbre en el entorno global podría afectar aún más a la zona del euro a lo largo del tiempo"
El BCE reconoce que la apreciación del euro se debió principalmente al debilitamiento de algunas monedas de las economías de mercados emergentes, como la lira turca y que, por lo tanto, los efectos probablemente serían más heterogéneos entre los países de la zona euro.
En cuanto a los mercados de bonos en Estados Unidos, esperan que la demanda interna y la política monetaria continúen ejerciendo una presión al alza sobre el rendimiento de la deuda pública a diez años.
De cara al futuro, los miembros están de acuerdo en mantener "prácticamente sin cambios" el tiempo esperado para un primer aumento en las tasas. "Con respecto a la política fiscal, se proyectó que pasará de ser 'ampliamente neutral' a 'moderadamente expansiva' en 2019", afirman, a la vez que reconocen que durante esta reunión "hubo un amplio acuerdo entre los miembros en que las condiciones financieras seguían apoyando una expansión económica continua".
Así, el BCE se ha reafirmado en la idea de reducir, a partir de octubre, el ritmo mensual de las compras de activos netos a 15.000 millones de euros hasta finales de diciembre de este año, momento en el que el Consejo de Administración finalizará sus compras netas.
"Todos los miembros apoyaron la propuesta expresada en la reunión de política monetaria de junio del Consejo de Administración de que el ritmo mensual de las compras de activos netos se reduciría a 15.000 millones de octubre a diciembre. También se consideró prudente reiterar la idea del Consejo de Gobierno de que, sujeto a los datos entrantes que confirman las perspectivas de inflación a medio plazo, las compras netas terminarían", expresan en las actas.
En cuanto a los tipos de interés, se mantiene la expectativa de que permanecerán en sus niveles actuales al menos hasta el verano de 2019, y en cualquier caso durante el tiempo que sea necesario para garantizar la convergencia continua y sostenida de la inflación a niveles inferiores, pero cercanos al 2% a medio plazo. "Las incertidumbres que emanan del proteccionismo van en aumento, las vulnerabilidades en los mercados emergentes y la volatilidad de los mercados financieros se han vuelto más prominentes recientemente, lo que sigue exigiendo prudencia en la formulación de la postura de política monetaria".
Así, se ha decidido que "la tasa de interés de las principales operaciones de refinanciamiento y las tasas de interés sobre la facilidad de crédito marginal y la facilidad de depósito se mantendrían sin cambios en 0%, 0,25% y -0,40% respectivamente".