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BBVA Research mantiene sus previsiones de crecimiento para España en un 2,4% en 2019 y estima un avance del 2% en 2020. El servicio de estudios de la entidad señala que la recuperación continuará aunque prevé que durante los próximos trimestres se consolide la tendencia de moderación del crecimiento.

De cumplirse este escenario, la economía podría crear alrededor de 800.000 puestos de trabajo durante los próximos dos años, lo que supone una ralentización en el ritmo de creación de empleo, y reducir la tasa de paro hasta el 12,6% en 2020. Así lo indica el último informe Situación España de la entidad, presentado este miércoles por Jorge Sicilia, director de BBVA Research y economista jefe del Grupo BBVA, y Rafael Doménech, responsable de Análisis Económico.

El informe también apunta que la recuperación ha continuado en 2018, permitiendo un avance del PIB del 2,5%. Este crecimiento se habría acelerado en la última parte del año pasado, aunque de manera temporal. La demanda doméstica se consolidó como soporte del crecimiento económico en 2018, con una contribución al crecimiento medio anual del PIB de 2,9 puntos porcentuales, igual que la observada en el año anterior. En contrapartida, la demanda externa neta drenó 0,4 (pp) al avance del PIB, a pesar de que las exportaciones totales recuperaron algo de tracción en el cuarto trimestre del año.

Creen que los fundamentos de la economía española avalan la continuidad de la recuperación en los próximos años

De cara al futuro, BBVA Research espera que la recuperación continúe, y se mantenga la creación de empleo, mientras que los salarios podrían empezar a aumentar consistentemente por encima de la inflación.

Según sus previsiones, las estimaciones sugieren que el crecimiento del PIB se mantiene en cotas saludables (entre el 0,6% y el 0,8% intertrimestral) en el primer trimestre de 2019. Sin embargo, la incertidumbre sobre el ritmo de avance ha aumentado, tal y como refleja la Encuesta de Actividad Económica BBVA.

Explican que los fundamentos de la economía española avalan la continuidad de la recuperación en los próximos años, aunque, nuevamente, a un ritmo menor que el observado en el período 2015-2017. Estas expectativas de desaceleración del crecimiento se sustentan tanto en factores externos como internos. Entre los primeros, destaca el menor impulso que ahora proporciona la política monetaria, así como la moderación del crecimiento global. A esto último se suma el agotamiento de los flujos turísticos, que está condicionado por las menores tensiones geopolíticas de algunos países competidores.

A nivel interno, el consumo de las familias muestra avances algo más moderados, producto del menor impulso de algunos vientos de cola que acompañaron en años anteriores, como la absorción de la demanda pospuesta durante la crisis. Finalmente, la incertidumbre se mantiene elevada, principalmente la relacionada con la política económica, lo que ha afectado la evolución del gasto doméstico.

En todo caso, consideran que el crecimiento en España se mantendrá sólido, gracias al impulso proveniente de la caída en el precio del petróleo así como de una política económica algo más expansiva de lo previsto hace unos meses.

Además, algunas de las medidas aprobadas en los últimos seis meses por el Gobierno español continuarán apoyando el crecimiento de la demanda interna a corto plazo, aunque con costes a largo por el aumento del déficit estructural. Este es el caso de los incrementos aprobados del gasto público en salarios y pensiones para 2019.

EL MERCADO DE TRABAJO PERDERÁ IMPULSO

La creación de empleo se traducirá en una disminución de 1,5 puntos de la tasa de paro hasta el 13,8%

Las estimaciones de BBVA Research afirman que la creación de empleo se ralentizará en 2019 y 2020, influida, en parte, por el aumento del salario mínimo profesional (SMI). Se espera que en 2019 la ocupación crezca un 2,1%, cinco décimas menos que en el precedente.

Dado que el aumento de la población activa será modesto, la creación de empleo se traducirá en una disminución de 1,5 puntos de la tasa de paro hasta el 13,8%. El avance de la ocupación y el descenso de la tasa de desempleo se prolongarán en 2020, pero a un ritmo menor, hasta el 1,8% y el 12,6%, respectivamente.

El notable incremento del SMI para 2019 puede condicionar la evolución de la economía y del empleo, tanto a corto como a largo plazo, si no se sientan las bases para un crecimiento importante de la productividad. En particular, se espera un impacto negativo en la creación neta de empleo que podría alcanzar entre 20.000 y 75.000 puestos de trabajo durante 2019, mientras que a medio plazo, y en ausencia de incrementos en la productividad que lo compensen, el impacto podría ser mayor y superar los 160.000 empleos.

Para mitigar las repercusiones negativas del ascenso del salario mínimo, sería necesario que viniese acompañado por mejoras en la eficiencia de las políticas activas de empleo.

RIESGOS E INCERTIDUMBRES AL ALZA

En cuanto al exterior, se mantiene un nivel alto de incertidumbre de política económica. Por un lado, las tensiones comerciales entre EEUU y China perduran y continúan poniendo en riesgo el devenir del comercio global. Por otro, los cambios en la estrategia de política monetaria de EEUU siguen condicionando la recomposición de las carteras de inversión y una mayor volatilidad en los flujos hacia mercados emergentes.

La aprobación de la PGE no será suficientes para cumplir con el objetivo de déficit del 1,3% del PIB

En cuanto a Europa, la probabilidad de no alcanzar un acuerdo sobre la salida del Reino Unido de la Unión Europea ha aumentado. Además, si bien la incertidumbre respecto a la reducción del déficit público en Italia va en descenso, las tensiones relacionadas con las movilizaciones sociales en Francia y otros países europeos han crecido.

En España, los riesgos se mantienen ya que la incertidumbre sobre la política económica sigue siendo elevada. En materia de política fiscal, no hay seguridad sobre la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2019. Incluso si estos últimos se implementaran, las medidas anunciadas, tanto por parte del Estado como del resto de las administraciones públicas, no serán suficientes para cumplir con el objetivo de déficit del 1,3% del PIB a finales del presente año.

Esto, prosiguen desde BBVA Research, sin tener en cuenta el fuerte crecimiento del gasto público que se está produciendo y que podría intensificarse al aproximarse el ciclo electoral. Así, dependiendo de la aprobación de los PGE, el desequilibrio en las cuentas públicas se mantendría entre el 2,0 y el 2,3% del PIB. Al mismo tiempo, preocupa la falta de consenso sobre las medidas necesarias para corregir los desequilibrios y limitaciones estructurales que todavía muestra la economía española.

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