• Además de la incertidumbre política también señalan el deterioro del turismo por los atentados del pasado verano
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De cara a 2018, España seguirá creciendo, pero lo hará a un ritmo menor del esperado, del 2,5%, tres décimas menos de lo previsto por BBVA Research en julio. Al agotamiento de los vientos de cola que han ayudado a impulsar nuestra economía en los últimos años, se le unen el estancamiento en el crecimiento del turismo y dos elementos que deterioran las perspectivas: los ataques terroristas que sufrieron Barcelona y Cambrils el pasado mes de agosto y el incremento de la incertidumbre relacionada con el entorno político en Cataluña.

Esta incertidumbre se podría trasladar negativamente a las decisiones de gasto de los consumidores y las empresas. En el escenario más probable, Cataluña crecerá un 2,1% en 2018, siete décimas menos de lo que se habría observado en un escenario sin tensiones y por debajo del crecimiento español.

“La intensidad de la incertidumbre y su duración serán factores determinantes para medir el efecto de la crisis política catalana en la economía”, sostiene Miguel Cardoso, economista jefe para España de BBVA Research. Los indicadores que intentan medir la incertidumbre alcanzaron máximos, especialmente en la primera parte del mes de octubre, niveles por encima de los observados en octubre de 2016. Sin embargo, los niveles de tensión parecen haber disminuido, lo que limitaría el impacto.

El menor crecimiento de la demanda interna catalana podría tener impacto en aquellas regiones y empresas con mayores lazos comerciales, como la Comunitat Valenciana, Aragón o La Rioja. Sin embargo, otros condicionantes afectan también a las previsiones de crecimiento de estas regiones.

ESTANCAMIENTO DEL TURISMO

Las comunidades del Mediterráneo sufrirán el menor dinamismo del turismoesperado para el próximo año. Tal y como advertía BBVA Research en Observatorios Regionales anteriores, algunas zonas de afluencia de visitantes extranjeros comienzan a mostrar síntomas de sobreocupación y agotamiento. Por el momento, Murcia, Comunitat Valenciana o Andalucía están sorteando mejor la situación, gracias a la demanda nacional.

La incertidumbre también se traslada al sector turístico. La percepción de seguridad había sido una de las ventajas competitivas de España. Sin embargo, los atentados terroristas sufridos el pasado verano en Barcelona y Cambrils podrían condicionar las visitas de turistas extranjeros. De confirmarse la no recurrencia de este evento, se podría limitar el efecto.

Con la recuperación, las empresas del sector habían comenzado a trasladar a márgenes de beneficio el incremento de la demanda, sobre todo en Baleares, Canarias y Cataluña. Ello permitirá, si fuera necesario, aprovechar este margen para mantener la afluencia de visitantes en los destinos.

COMUNIDADES EXPORTADORAS

En los dos últimos trimestres, las exportaciones han mostrado una debilidad mayor de la esperada. Pero las expectativas mejoran de cara a 2018. El entorno internacional de recuperación en los principales socios de la economía española y la política monetaria del Banco Central Europeo (BCE) continuarán apoyando el aumento de ventas al exterior.

Esto beneficiará a aquellas comunidades con un mayor nivel de apertura al exterior. Es el caso de Galicia, Navarra o País Vasco, en lo referente a la exportación de bienes, o de Baleares, Canarias y Madrid, en el sector servicios. Estas tres últimas comunidades forman parte del grupo de regiones con mayor crecimiento en el segundo semestre, junto con Navarra, Castilla-La Mancha, La Rioja y Andalucía. Aunque entre este grupo, solo Navarra mantiene un perfil ascendente en el segundo semestre, gracias al comportamiento del consumo privado en esta comunidad.

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