El presidente de la Reserva Federal de Richmond, Thomas Barkin, ha afirmado que el camino de la inflación aún no está claro, por lo que, de cara a la próxima decisión de tipos de la Fed, espera recabar más datos para decidir si se ha hecho lo suficiente o queda más trabajo por hacer.
"El camino de la inflación aún no está claro. Es por eso que apoyé nuestra decisión en nuestra última reunión de mantener las tasas estables y esperar más información. Tenemos tiempo para ver si hemos hecho lo suficiente o si hay más trabajo por hacer", ha señalado en una mesa redonda en Washington.
Barkin ha explicado que han subido los tipos de forma agresiva para luchar contra una inflación que era demasiado alta, pero que eran medidas que necesitaban tomar.
"Si hay algo que hemos vuelto a aprender en los últimos dos años, es que todo el mundo odia la inflación. La alta inflación crea incertidumbre. A medida que los precios suben de manera desigual, no está claro cuándo gastar, cuándo ahorrar o dónde invertir. La inflación es agotadora", ha dicho.
Con todo, ha reconocido que están avanzando para restaurar la estabilidad de precios y llegar al objetivo del 2%, un punto al que todavía no han llegado, pero al que van "en la dirección correcta".
El titular de la Fed de Richmond también ha hecho referencia a que es consciente que la inflación no afecta a todos los sectores por igual y que las subidas de tipos han afectado a la industria.
"A medida que subimos los tipos, los préstamos se vuelven más costosos, los bancos retroceden, la inversión de capital se ralentiza y el gasto de los consumidores se debilita, especialmente en sectores sensibles a los intereses como el inmobiliario, el automotriz, el manufacturero y el de negociación. La reducción de la demanda disminuye la tasa de inflación con el tiempo", ha matizado.
En este sentido, ha agregado que, por lo tanto, "sigo buscando estar convencido, tanto de que la demanda se está asentando como de que cualquier debilidad se está trasladando a la inflación".
En cuanto a la situación económica del país, ha resaltado que va una economía que está mucho más avanzada en el camino hacia la normalización de la demanda de lo que muchos de los datos dicen.
"Pero reconozco que hay una amplia gama de caminos potenciales en el futuro, desde el resurgimiento hasta la recesión y el regreso a la normalidad anterior a la COVID-19. Y estamos caminando por una delgada línea. Si no corregimos lo suficiente, la inflación vuelve a surgir. Si corregimos en exceso, hacemos un daño innecesario a la economía. E incluso la mejor política tiene el potencial de verse obstaculizada por acontecimientos externos, como se nos ha recordado con las recientes noticias de Oriente Medio", ha matizado.
No obstante, ha enfatizado que no todas las recesiones son iguales y que de producirse una en estos momentos, podría ser menos severa.
"Por lo tanto, si se produce una recesión, la economía debería ser menos vulnerable. Y si no llega, el conservadurismo de hoy puede alimentar el renacimiento de mañana. Incluso se podría argumentar que la reciente fortaleza de la economía está siendo respaldada en parte por las empresas, los consumidores y los gobiernos que han superado sus pronósticos de recesión", ha concluido.