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El presidente de la Reserva Federal de Richmond, Thomas Barkin, ha mostrado confianza en que la economía de EEUU pueda lograr un 'aterrizaje suave', aunque cree que siguen existiendo obstáculos que le llevan a mantener sobre la mesa la posibilidad de nuevas subidas de los tipos de interés.

"Estamos logrando avances reales. (...) Ahora, todo el mundo habla de la posibilidad de un aterrizaje suave, en el que la inflación complete su viaje de regreso a niveles normales mientras la economía se mantiene saludable. Y puedes ver el caso de eso. La demanda, el empleo y la inflación aumentaron, pero ahora parecen estar en camino de regresar a la normalidad", ha señalado durante un discurso en Carolina del Norte.

Barkin, que ha establecido un paralelismo entre el trabajo de la Fed y el de un piloto de avión, ha indicado que "el aeropuerto está en el horizonte. Pero aterrizar un avión no es fácil, especialmente cuando el panorama está nublado y los vientos en contra y en cola pueden afectar el rumbo. Es fácil sobrevirar y hacer demasiado o subvirar y hacer muy poco".

Por ello, ha enfatizado que ve cuatro riesgos en el futuro. El primero de ellos es que la economía estadounidense podría quedarse sin combustible. "El año pasado subimos los tipos para frenar la economía, pero al final no perdimos tanta altitud como podríamos haber pensado. Las condiciones crediticias se endurecieron pero no paralizaron la economía. Sin embargo, es fácil imaginar que el impacto neto de todo este endurecimiento acabará afectando a la economía con más fuerza que hasta la fecha", ha dicho.

En segundo lugar, ha resaltado que se podrían experimentar turbulencias inesperadas. "La economía siempre es vulnerable a acontecimientos geopolíticos, un cierre cibernético, efectos de contagio imprevistos de sectores en problemas o bancos que se retiran con fuerza. Tales shocks podrían reducir la inflación, pero a un costo potencialmente elevado", ha dicho.

En tercer lugar, ha advertido que podrían estar acercándose al aeropuerto equivocado y que la inflación se mantenga por encima del objetivo del 2%. "Si ese es el caso, me temo que tendrá que suceder más por el lado de la demanda, ya sea de forma orgánica o mediante la acción de la Reserva Federal, para convencer a quienes fijan los precios de que la era de la inflación ha terminado".

Por último, ha subrayado que el aterrizaje podría retrasarse, con un demanda que se mantiene inesperadamente alta y que impulsaría la inflación. "Si bien se podría pensar que este sería un problema de primera clase, una demanda fuerte no es la solución para una inflación superior a la meta. Por eso sigue sobre la mesa la posibilidad de nuevas subidas de tipos", ha alertado.

"Por tanto, un aterrizaje suave es cada vez más concebible, pero de ningún modo inevitable", ha conluido Barkin.

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