La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, y el presidente de la Reserva Federal (Fed), Jerome Powell han reiterado la "firme determinación" del BCE y la Fed para controlar la inflación.
Los banqueros centrales han participado en el último panel de políticas del Foro del Banco Central Europeo (BCE) sobre Banca Central que se ha celebrado en Sintra, Portugal. Las discusiones se han centrado en los desafíos que enfrenta la política monetaria en un mundo que cambia rápidamente.
Powell ha reiterado la fortaleza del mercado laboral estadounidense y ha afirmado que "la economía puede soportar los movimientos de la política monetaria". A pesar de la contracción del crecimiento económico en los primeros tres meses del año, el banquero central se ha mostrado optimista sobre la salud actual de la economía, al indicar que "se encuentra en buena forma".
El principal objetivo de la Fed es reducir la inflación al 2% y hacerlo con un mercado laboral fuerte. "Nuestro trabajo está en conseguir la estabilidad de los precios incluso haciendo frente a las nuevas fuerzas de la inflación". Para lograrlo "hay vías, pero no garantías", según ha señalado Powell.
"El proceso para controlar la inflación será doloroso", ha reconocido, aunque ha detallado que "el mayor error sería no lograr restaurar la estabilidad de precios". No obstante, ha tirado de sinceridad al afirmar que "ahora entendemos mejor lo poco que entendemos de la inflación".
Powell ha hecho referencia al trabajo realizado por la Fed en los últimos meses y ha querido destacar las "dificultades" a las que se han enfrentado, sobre todo, debido a los últimos acontecimientos económicos.
A pesar del endurecimiento de la política monetaria estadounidense, el banquero central ha enfatizado que los mercados "desde la última caída, en general, han estado bastante bien alineados con el rumbo de la Fed. Los precios del mercado indican que los inversores entienden hacia dónde quiere ir la Fed".
"La forma de la curva de rendimiento no es una preocupación de primer orden", ha sentenciado Powell.
Lagarde, por su parte, se ha mostrado menos optimista que Powell y ha reconocido que "es poco probable que volvamos a un entorno de baja inflación. Las expectativas de inflación son mucho más altas que antes".
La banquera central ha recordado que la situación de inflación que vive la eurozona está muy influenciada por la energía y el impacto de la guerra en Ucrania.
En relación a la política monetaria de la zona euro, ha insistido en la necesidad de que sea gradual, porque "moverse gradualmente es apropiado en momentos de alta incertidumbre", pero, a medida que la situación se aclare, "habrá que ser menos graduales" y más opcionales, ha apuntado.
Con respecto al plan antifragmentación anunciado por el BCE, ha dicho que no va a dar detalles sobre él, puesto que "el 'escudo antiantifragmentación' es un 'trabajo en progreso'. Comunicaremos más el 21 de julio. Habrá mecanismos de protección y salvaguardia".
La presidenta del BCE, también ha hecho referencia a que el riesgo de fragmentación es intrínseco a la estructura de Europa. "Somos 19 mercados sin unión fiscal y debemos transmitir nuestra política monetaria de manera homogénea a todos".