Jarro de agua fría del Banco Mundial a China y sus perspectivas de crecimiento. El organismo prevé que la economía del gigante asiático se debilite aún más en 2025 y caiga hasta el 4,3% desde el 4,8% estimado para 2024. Todo ello a pesar de las recientes medidas de estímulo comunicadas por las autoridades del país.
En su informe semestral de perspectivas económicas, el Banco Mundial ha remarcado que esta pérdida de impulso de China ejercerá una presión adicional sobre la región y como resultado el crecimiento en Asia Oriental y el Pacífico, que abarca países como Indonesia, Australia y Corea, se desacelerará al 4,4% en 2025 frente al 4,8% de este año.
"Durante tres décadas, el crecimiento de China se ha extendido beneficiosamente a sus vecinos, pero el tamaño de ese ímpetu ahora está disminuyento", ha afirmado el organismo. "El apoyo fiscal señalado recientemente puede impulsar el crecimiento a corto plazo, pero el crecimiento a largo plazo dependerá de reformas estructurales más profundas", ha agregado.
El Banco Mundial ha atribuido el débil gasto de los consumidores chinos a preocupaciones como la disminución de los salarios, además de desafíos como la persistente debilidad del mercado inmobiliario, el envejecimiento de la población y las crecientes tensiones globales.
Asimismo, cree que los cambios en los flujos comerciales y de inversión, junto con la creciente incertidumbre política mundial también podrían afectar a la región de Asia oriental y el Pacífico.
Respecto a las tensiones comerciales entre EEUU y China, el Banco Mundial ha indicado que, si bien han creado oportunidades para que países como Vietnam desempeñen un papel en la vinculación de los principales socios comerciales, "la nueva evidencia sugiere que las economías pueden estar cada vez más limitadas a desempeñar un papel de 'conector unidireccional' a medida que se imponen nuevas reglas de origen más estrictas a las importaciones y restricciones a la exportación".
En cuanto a las nuevas tecnologías, dado el predominio del trabajo manual en la región, menos empleos se verán amenazados por la inteligencia artificial (IA), aunque esto significa que "la región está peor posicionada para aprovechar los beneficios de productividad de la IA", ha concluido el Banco Mundial.