"No tenemos en mente una salida de la relajación monetaria", ha asegurado el vicegobernador del Banco de Japón (BOJ), Shinichi Ichida, quien ha expresado que queda un "largo camino por recorrer" antes de que el banco considere aumentar los tipos de interés.
Con la inflación superando constantemente el objetivo del 2% durante 15 meses consecutivos, el BOJ se encuentra bajo presión para endurecer su política monetaria.
"Toda política tiene sus efectos positivos, pero también siempre conlleva costes. Cuando aumentan las expectativas de inflación, no solo se fortalecen los efectos de relajación, sino también los efectos secundarios. Es necesario lograr un equilibrio óptimo entre los dos", ha apuntado.
De esta manera, el organismo rechaza la especulación de que su reciente ajuste de política marque el comienzo de un ciclo de ajuste después de que varios analistas vieran el principio del fin de la posición de política monetaria ultraflexible del banco central japonés.
La semana pasada, el BOJ aflojó inesperadamente su control de la curva de rendimiento.
Pero Ichida ha explicado que la decisión del banco de llevar a cabo el control de la curva de rendimiento con mayor flexibilidad "apunta a continuar pacientemente con la flexibilización monetaria mientras responde ágilmente a los riesgos tanto al alza como a la baja bajo incertidumbres extremadamente altas para la actividad económica y los precios en el país y en el extranjero".