El Banco de España calcula que la economía registrará un crecimiento del 2,3%, 2,2% y 2,1% en 2023, 2024 y 2025, respectivamente, según las proyecciones macroeconómicas de junio del organismo, que suponen una revisión al alza del Producto Interior Bruto (PIB) de 0,7 puntos porcentuales para el presente año y una ligera rebaja de 0,1 puntos porcentuales para el próximo.
Como detalla el documento del organismo que preside Pablo Hernández de Cos, el debilitamiento de las presiones inflacionistas y una eventual intensificación del ritmo de ejecución de los proyectos vinculados al Mecanismo de Recuperación y Resiliencia permitirán, entre otros factores, que continúe la expansión de la actividad económica española el resto del año.
Para 2023, el principal factor que explica la revisión al alza del PIB "es el efecto arrastre sobre la tasa media anual de este año al que dio lugar la sustancial revisión al alza de las tasas de crecimiento del PIB entre el segundo y el cuarto trimestre de 2022 que publicó el INE a finales de abril. Además, de acuerdo con el avance del primer trimestre del año, el crecimiento en este período sorprendió al alza en comparación con el que el Banco de España estimaba en sus proyecciones de marzo", señala el organismo.
También, en las proyecciones actuales se estima que el dinamismo de la actividad en el segundo trimestre será superior al previsto en marzo, lo que también contribuye a que se revise al alza el crecimiento del PIB en el conjunto de 2023.
Mientras, para 2024 y 2025, se proyectan unas tasas de crecimiento medio anual similares a la de 2023, si bien este avance del PIB estará fundamentalmente sustentado en la recuperación del consumo privado y no tanto en la contribución de la demanda exterior neta, principal motor del crecimiento en este año.
Así, para 2024, la ligera revisión a la baja del avance del PIB respecto a marzo es reflejo, fundamentalmente, de un endurecimiento de las condiciones de concesión de crédito más intenso de lo anticipado en ese mes.
LA DESACELERACIÓN DE LOS PRECIOS DE CONSUMO SERÁ MUY PRONUNCIADA
En cuanto a la evolución de los precios, el Banco de España estima que la inflación general se situará en el 3,2% en el promedio de este año, repuntando hasta el 3,6% en 2024 y volviéndose a relajar en 2025 hasta el 1,8%. Esos porcentajes suponen una revisión a la baja de 0,5 puntos porcentuales para este año respecto a las proyecciones de marzo. Para 2024 y 2025 las previsiones se mantienen.
El organismo español explica que el repunte esperado para el año que viene se debe sobre todo a la desaparición prevista del grueso de las medidas desplegadas por el Gobierno para combatir los efectos del incremento de la inflación, "lo que hará que aumente la tasa de crecimiento del componente energético de los precios". Mientras, la revisión a la baja para 2023 se explica principalmente por una desaceleración más acusada de la prevista en los precios de la energía y, en menor medida, en los precios de los alimentos.
Por su parte, el Banco de España prevé que la senda de desaceleración de la inflación subyacente iniciada recientemente continúe los próximos meses. De esta manera, calcula que se sitúe en el 4,1% en 2023, antes de descender al 2,1% en 2024 y al 1,7% en 2025.
"En el conjunto del horizonte de proyección, la desaceleración de los precios de consumo será muy pronunciada", destaca el Banco de España, que señala que sus previsiones en este sentido descansan sobre dos premisas. En primer lugar, se basan en el supuesto de que, "si bien la transmisión de los pasados incrementos de costes de producción a los precios de venta no habría concluido aún, en los próximos meses prevalecerá la traslación de la reducción más reciente de esos mismos costes". En segundo lugar, se asume que no se producirán efectos de segunda vuelta significativos que puedan desencadenar fenómenos de retroalimentación de las actuales presiones inflacionistas.
En general, el Banco de España subraya que estamos en un contexto en el que el grado de incertidumbre continúa siendo elevado. No obstante, mientras los riesgos en torno a las proyecciones de crecimiento están orientados fundamentalmente a la baja, en el caso de la inflación se consideran equilibrados.