La historia se repite en Threadneedle Street, el Banco de Inglaterra (BoE) afronta este jueves su cuarta reunión del año con las mismas dudas que en mayo. Los analistas no anticipan ningún cambio en el lenguaje del regulador, con una sombra del Brexit que continúa nublando el panorama de las islas y la falta de nuevos datos que refrenden la fortaleza de la coyuntura británica.
El último registro de crecimiento sigue siendo el del primer trimestre cuando la economía se expandió un 1,2%, dos décimas por debajo del consenso del mercado. Mark Carney, gobernador del regulador, quiso tranquilizar a los mercados en mayo explicando la desaceleración bajo efectos transitorios como el mal tiempo o las nevadas que afectaron al norte de Europa durante los primeros tres meses del presente ejercicio. La Oficina Nacional de Estadística (ONS) publicará a finales de julio el dato para el segundo trimestre, apenas una semana antes de la siguiente reunión del BoE, principal motivo por el que los expertos anticipan una decisión sin cambios ahora en junio.
El dato de crecimiento del segundo trimestre será del conocimiento del BoE una semana antes de la siguiente reunión de agosto
La inflación y el sector minorista han puesto la nota positiva de esta cuarta reunión. El avance de los precios se mantuvo estable en el 2,4% en mayo y frenó la continua caída que han sufrido desde que el índice general tocara el 3% a cierre del pasado ejercicio. Por su parte, las ventas minoristas repuntaron un 3,9% en la tasa interanual, un punto y medio por encima de lo que anticipaba el mercado, gracias a la vuelta del buen tiempo y la consecución de la boda real.
Sin embargo, los últimos datos de producción industrial y manufacturera en abril mostraron un desarrollo preocupante de sendos sectores a principios del segundo trimestre, con un retroceso del 0,8% y del 1,4% respectivamente. Además, la balanza comercial británica arrojó un déficit de 14.030 millones de libras, unos 15.970 millones de euros.
En materia laboral, el paro en las islas se mantuvo en abril en el 4,2% por tercer mes consecutivo, su mejor lectura desde 1975. El empleo aumentó hasta el 75,6% con 146.000 ocupados más en el primer trimestre. No obstante, el crecimiento de los salarios se redujo hasta el 2,8% entre febrero y abril y devuelve la posibilidad al regulador de que el mercado laboral británico pueda guardar todavía margen de mejora.
La desaceleración de los salarios guarda la posibilidad de que el mercado laboral británico guarde aún margen de mejora
Los analistas de Barclays asumen que la decisión de este jueves servirá para enfriar las expectativas de una futura subida de tipos en agosto, mientras que desde EY argumentan que un mayor precio del dinero podría acometerse en dos meses si la economía británica vuelve a crecer un 0,4% en el segundo trimestre. El Brexit continúa siendo un motivo de preocupación para todos los expertos, que consideran esencial la formalización de un periodo de transición más allá de marzo de 2019 para que ambos bloques digieran el divorcio.
LA VENTANA DE OPORTUNIDAD ANTES DEL BREXIT SE CIERRA
Con el tipo de cambio en el 0,5% y con tan sólo seis reuniones más previstas antes de que se haga oficial la separación con la Unión Europea, los expertos avisan que el gobernador del BoE se puede encontrar con un escaso margen de maniobra para recortar la tasa de interés.
Se mantiene así la creciente incertidumbre entre los expertos de si será capaz de ayudar si algo va mal. Carney se halla atrapado en la paradoja de seguir en el curso actual en sus políticas porque el “Brexit nubla las perspectivas económicas”, como ya reconoció en mayo, pero su falta de acción puede atarle de manos si las cosas empeoran. El gran problema es que “no hay suficiente tiempo hasta la fecha del 29 de marzo de 2019 para que el supervisor monetario adquiera una posición desde la que pueda flexibilizar las condiciones monetarias lo suficiente como para generar una cantidad de estímulo que pueda hacer frente a un shock en el país”, señalaban economistas de Unicredit tras la pasada reunión del BoE.
Carney se puede encontrar con un escaso margen de maniobra para recortar los tipos en caso de un divorcio tormentoso
Entretanto, en el frente político el drama continúa. Con la libra en mínimos de siete meses ante el dólar (1,3149 dólares), en la antesala del anuncio del banco central, los expertos de Sucden Financial avisan de que “lo único que importa es lo que se avance hasta octubre en el acuerdo de salida -cuando se celebra la próxima cumbre".
En esta línea, muchos expertos opinan que septiembre o noviembre será un momento más adecuado que agosto para que haya un incremento de las tasas. Al fin y al cabo, el mismo Carney dijo, en una entrevista en mayo, que esperaba “un incremento hacia finales de año”.