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¿Ha pasado ya el impacto del endurecimiento monetario? Es la pregunta del millón que se hace el mercado mientras se debate entre si la economía logrará el tan ansiado 'aterrizaje suave' o si, por el contrario, la recesión más anticipada de la historia finalmente terminará llegando.

Desde Bank of America (BofA) no se muestran muy optimistas e indican que "vemos margen para que el crecimiento de la zona euro y de EEUU decepcione las expectativas de consenso de un aterrizaje suave, principalmente porque esperamos que el ciclo crediticio sea un lastre significativo para el crecimiento en los próximos trimestres, dado que la política monetaria suele influir en el ciclo crediticio con un desfase de unos 18 meses".

Así lo destacan los estrategas de la entidad en su último informe de estrategia europea, donde remarcan que la historia sugiere que el impacto negativo de las rápidas y agresivas subidas de los tipos de interés llevadas a cabo por lo bancos centrales aún está por llegar.

"El fuerte endurecimiento de las condiciones crediticias del año pasado se produjo antes de lo que habría sugerido el típico desfase de 18 meses entre el ajuste monetario y la debilidad del ciclo crediticio", agregan.

Por lo tanto, creen que las condiciones crediticias se endurecerán drásticamente y el impulso será negativo este año, dados los aumentos significativos de las tasas que comenzaron a partir de la segunda mitad de 2022, lo que implica una presión a la baja sobre el crecimiento.

El mercado se mantiene firme en su apuesta por el 'aterrizaje suave' y pronostica que el PIB de EEUU se desacelerará hasta un mínimo del 0,2% intertrimestral anualizado en el segundo trimestre antes de volver a acelerarse, mientras que prevé que la inflación PCE subyacente alcance el 2,4% a finales de año.

Las proyecciones del consenso para la eurozona apuntan a una recuperación de la recesión técnica sufrida en el segundo semestre de 2023, acelerándose hasta alrededor del 1,5% intertrimestral anualizado a finales de año, y que la inflación subyacente caiga hasta el 2,4% a finales de 2024.

Sin embargo, en BofA reiteran que "esperamos que el crecimiento decepcione estas expectativas optimistas del consenso, principalmente porque el ciclo crediticio será un lastre significativo para el crecimiento en respuesta al impacto retardado del endurecimiento de la política monetaria".

"Si bien los recientes signos de mejora del ciclo crediticio han alimentado el optimismo del mercado, creemos que la esperanza de un giro positivo en el ciclo crediticio en el primer semestre de este año se verá defraudada. Esperamos que las próximas encuestas trimestrales sobre préstamos muestren que el endurecimiento de los estándares crediticios continuará al ritmo observado en encuestas anteriores, antes de que el ajuste se intensifique nuevamente a lo largo de este año", valoran.

PERO ¿PODRÍA HABER QUEDADO ATRÁS ESTE IMPACTO?

El principal obstáculo al que se enfrentan las pesimistas expectativas macroeconómicas de BofA es la afirmación de que el impacto del ajuste monetario haya quedado atrás.

"Las consecuencias de las agresivas subidas de tipos de los bancos centrales se reflejaron en el fuerte endurecimiento de las condiciones crediticias de Estados Unidos y la zona euro a mediados de 2023, así como en las lecturas profundamente negativas sobre el impulso crediticio" en ambas regiones, explican desde la firma estadounidense.

No obstante, el crecimiento se ha mantenido apoyado en factores como el impulso fiscal "fuertemente positivo" en EEUU y la reducción de los pedidos pendientes de las empresas.

"Estos factores de apoyo ahora se están desvaneciendo, pero el argumento es que esto no importa, ya que los bancos centrales están pasando de una política restrictiva a una política expansiva en respuesta a las recientes sorpresas a la baja para la inflación, lo que implica margen para el lastre de un ciclo crediticio débil sobre el crecimiento", señalan los analistas.

NEGATIVOS EN RENTA VARIABLE EUROPEA

En medio de este escenario, en BofA se siguen manteniendo negativos sobre la renta variable y los valores cíclicos europeos frente a los defensivos.

"Los mercados tienen en cuenta la perfección macroeconómica, con primas de riesgo cercanas a mínimos históricos, expectativas de beneficios por acción cercanas a máximos históricos y una cantidad significativa de recortes de los bancos centrales ya descontados. Esto apunta a que hay margen para una revalorización bajista significativa si los datos macroeconómicos empiezan a decepcionar", comentan los expertos.

Por ello, prevén una caída de casi el 20% para el Stoxx 600 hasta 390 puntos a mediados de año, así como una bajada del 10% para los valores cíclicos europeos frente a los defensivos.

"Los sectores de alimentación y bebidas, el farmacéutico y de telecomunicaciones son los sectores defensivos con mayores ventajas en relación con el mercado, mientras que los bancos, los automóviles y los bienes de capital tienen las mayores desventajas proyectadas”, concluyen en BofA.

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