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Gran parte del impacto provocado por los tipos de interés más altos en la zona euro probablemente se sentirá el próximo año. La cita de Milton Friedman de que la política monetaria tiene desfases largos y variables parece quedarse corta en el complejo entorno monetario actual. Así lo creen los expertos de ING, que avisan de que "el aterrizaje ha sido muy suave hasta ahora, pero se volverá más accidentado en 2024".

¿Podemos realmente pasar de una postura ampliamente acomodaticia a una postura muy restrictiva y no notar ningún dolor económico?, se preguntan. "Esto parece poco probable". ¿Por qué?

"Gran parte del impacto del entorno de tipos más altos probablemente se sentirá el próximo año debido al retraso habitual de la política monetaria, porque algunos efectos de una política más estricta están ahora más retrasados ​​que en ciclos anteriores y porque se establecen factores mitigantes", responden.

Como explican, mientras que la inflación ya parece estar sólidamente bajo control, el impacto restrictivo de la política monetaria sobre la economía aumentará.

"La tasa de inflación básica intermensual en noviembre fue negativa y la tendencia ha sido marcadamente bajista. La desinflación en 2023 fue principalmente el resultado de efectos de base debidos a la finalización de los shocks de oferta y no tanto al endurecimiento de la política monetaria. Sin embargo, la desinflación en 2024 será principalmente el resultado de un mayor endurecimiento de la política monetaria", dicen.

Consideran que, aunque existen claras incertidumbres sobre las perspectivas de inflación, "incluyendo cómo se desarrollará el crecimiento de los salarios y si podrían surgir nuevos picos en los precios de la energía", existe un alto riesgo de que el Banco Central Europeo (BCE) se esté quedando atrás de la curva por segunda vez en un ciclo.

"Tardó en responder a la inflación en ascenso y bien podría tardar también en responder en descenso". Y creen que el organismo europeo se mostrará muy reacio a simplemente revertir el ciclo de subidas de tipos, "dada la evaluación errónea de la dinámica de la inflación en su ascenso y las preocupaciones sobre factores inflacionarios posiblemente más persistentes".

En medio de este panorama, estiman que será en junio cuando el BCE lleve a cabo el primer recorte de los tipos de interés, puesto que prevén que antes de tomar esa decisión quiera ver datos adicionales sobre el crecimiento salarial para el primer trimestre. Además, aseguran que el recorte será de forma más bien gradual, con tres de 25 puntos básicos cada trimestre.

"Eso seguiría dejando una política monetaria restrictiva y mantendría los pagos de tipos de interés promedio aumentando a medida que la sociedad se ajusta a tipos más altos. También haría que las nuevas inversiones volvieran a ser ligeramente más atractivas".

Y advierten: "El ciclo de alzas puede haber parecido hasta ahora un ajuste fácil de aceptar, pero, irónicamente, el dolor del ajuste probablemente se sentirá más cuando el BCE ya comience a flexibilizar sus políticas".

De hecho, se muestra seguros de que 2024 será el año en el que se dejará sentir el ciclo de subidas: "El ciclo de alzas del BCE parece haber terminado, pero las ondas de choque del ajuste seguirán dando forma a la economía de la eurozona en 2024. Los retrasos tradicionales en la transmisión ahora van acompañados de retrasos más prolongados en los aumentos promedio de la carga de intereses, lo que podría extender el impacto del ajuste".

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