- De Juan explica que la soluciones empiezan por los auditores, los supervisores y los propios gestores
Aristóbulo de Juan, ex director general del Banco de España, asegura que el problema de Banco Popular fue claramente de insolvencia. Añade que la solución fue la única que había, pero que se tendría que haber actuado mucho antes, en el año 2008. El experto explica que si hubiera entrado en el rescate bancario de 2012 se hubiera armado mucho lío.
De Juan no está de acuerdo con las fusiones, ya que asegura que se crean bancos sistémicos “difíciles de supervisar”, a los que muchas veces se les deja porque son “too big to fail” (demasiado grandes para caer).
Pregunta: ¿Cómo vio la solución de Banco Popular?
Respuesta: Esto es lo que hay. A las cuatro de la mañana, sin haber otra solución: esto es lo que hay.
P.: El relato oficial es que el Popular cayó por sus problemas de liquidez, pero insiste en que no tenía problemas de solvencia. ¿Se pueden tener problemas de liquidez y no de solvencia?
R.: Esto ocurre cuando hay un gran cataclismo como las hipotecas basura, en el que se congeló la liquidez. Normalmente, la iliquidez es el resultado de la insolvencia. Banco Popular tenía el patrimonio dañado y no provisionado. Tienes un producto que no está entrando, pero sí que está saliendo. Ahí empieza la iliquidez. Luego tienes otras etapas: ¿con qué pago los intereses de esos pasivos que sustentan los activos? Pues con nuevos principales que capto y que sé que no los voy a poder devolver porque no extiendo créditos. Si va más allá la cosa, pues el gasto general tampoco lo puedo pagar con los intereses de los activos, porque no los hay. Aquí empieza la clásica 'bicicleta', porque es el final.
Toda la legislación europea ahora sólo se preocupa en ver quién paga el entierro, que no lo pague el Estado, pero lo que hay que proponer es que no haya entierro
Todo esto tiene un final, que se produce cuando trasciende al público y que se traduce en una bajada de cotización en bolsa y la salida de los depósitos. Normalmente, cuando una supervisión no es muy eficaz, no se interviene el banco ni se toman medidas colectivas hasta que no resulta irremediable por la iliquidez. Si no hay buena supervisión y no se aborda la insolvencia, que se produce cuando los activos valen menos que los pasivos, se llega hasta la iliquidez y entonces no hay remedio.
La situación que llevó a Banco Popular a la resolución fue claramente de insolvencia, pero aún quedan cuestiones sobre el proceso que es necesario esclarecer.
P.: ¿Tendría que haber entrado en el rescate bancario de 2012?
R.: Lo de Popular se tendría que haber abordado en 2008 por parte de los supervisores, auditores y gestores de la entidad.
Había medidas anteriores: requerimientos, inspecciones de verdad, disciplina de verdad… Lo del tema del rescate era más traumático. Hubiera sido el primer banco, no se había fusionado, tenía que entrar el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB)... todo ello habría montado una gran escandalera y tenía que entrar la Sareb, lo que podría haber sido un ‘churro’ como ocurre con otras cosas de la Sareb.
Popular ya tenía problemas serios y crecientes en el año 2012. Está claro que no había que aplicar las mismas medicinas que a las cajas, pero sí otras medicinas, no había que esperar hasta el final. Había que evitar ese final. Toda la legislación europea ahora sólo se preocupa en ver quién paga el entierro, que no lo pague el Estado, pero lo que hay que proponer es que no haya entierro.
P.: ¿Se necesitan más órganos de supervisión bancaria?
R.: No. Hay muchos. No hacía falta el FROB. Con los que había era suficiente. La supervisión es más importante que la regulación. Una buena supervisión subsana los problemas. Una mala regulación lo puede estropear todo. La clave es el consejo, la dirección general y luego los propios gestores. Cuando el supervisor no es permisivo, tiene presiones del propio banco, de sus superiores o de su espíritu comercial. Además, en muchas ocasiones la falta de transparencia es culpa del supervisor
P.: ¿Cree que será un problema para la competencia en el sector financiero y para los clientes la mayor concentración que se produce con la compra de Popular por Santander?
R.: Va a generar un banco muy sistémico, ‘too big to fail’, demasiado grande para caer. Cuando hay bancos muy grandes el supervisor se ve muy coartado a la hora de tomar medidas suaves o gravísimas. Con el tamaño se gana la inmunidad.
A mí no me gustan las fusiones entre los bancos. Como he dicho antes, una de las grandes preocupaciones de los reguladores son las entidades sistémicas y eso es lo que hacen las concentraciones. En este caso, me preocupa la supervisión. Si es muy grande no se supervisa bien.
P.: Actualmente, ¿cuál es la salud de los bancos españoles en cuanto a solvencia y rentabilidad?
R.: Los hay buenos y los hay malos. No puedo decir cuáles, pero tengo un par de ellos con interrogantes.
P.: Su último libro se titula ‘De buenos banqueros a malos banqueros’. ¿Hay buenos banqueros?
R.: Claro que hay buenos banqueros, pero como hay buenos jueces y malos jueces o malos y buenos auditores. Si se toman las medidas necesarias las cosas tienen remedio. El cambio del buen banquero al mal banquero se da cuando se produce una fiebre del crecimiento o cuando no se adaptan al cambio.
P.: ¿Qué le parece el informe sobre la crisis financiera del Banco de España?
R.: La institución no ha hecho ninguna autocrítica. Además, no estoy de acuerdo con la cifra que se ha dado de que no se van a recuperar algo más de 60.000 millones de euros.