Las entidades soberanistas calientan motores para celebrar la Diada de Cataluña del 11 de septiembre. La jornada se ha convertido, año tras año, en una fecha dedicada a la reivindicación de las consignas independentistas, con actos orquestados por la Assemblea Nacional Catalana (ANC) y Òmnium Cultural. Y también en una forma de negocio que deja unas cifras nada despreciables: la ANC espera recaudar hasta 4 millones de euros con la venta de los ya tradicionales ‘packs de la Diada’.
A un precio de 15 euros, la entidad presidida por Elisenda Paluzie, ya ha distribuido cerca de 200.000 unidades del kit de este año que incluye una camiseta, una bolsa, un abanico y un folleto. Y espera superar las ventas de 2017, que ya fueron de récord: alcanzaron las 250.000 y se hizo una caja de 3,75 millones de euros, explica el tesorero de la entidad, Joaquim Arnau.
Para este 11 de septiembre, Arnau cree que las compras “podrían ascender perfectamente a los 270.000 ‘packs”, lo que elevaría las cuentas totales del 11-S a más de 4,05 millones de euros. No obstante, reconoce que desde que hace dos años pasaron a fabricar las camisetas y el resto de objetos en empresas catalanas -antes se importaba de Asia-, les resulta “más difícil hacer previsiones”, aunque les permite “manejar mejor las existencias y adaptarlas a la demanda sobre la marcha”. Con todo, admite que difícilmente se llegará a las 300.000 unidades “porque la producción no respondería”.
No obstante, de esta actividad, la ANC sólo ingresa el 40%: descontando el IVA y los gastos de producción y distribución, la entidad se queda con 6 euros de cada ‘kit de la Diada’. Más de 1,6 millones de euros en total, que, subraya Arnau, “se invierten en las movilizaciones y actos” que organiza la Assemblea, como la campaña por el ‘sí’ en el referéndum ilegal del 1 de octubre, a la que destinó el ejercicio pasado gran parte de sus recursos.
Las ventas de productos de la Diada podrían ascender perfectamente a los 270.000, lo que elevaría las cuentas totales del 11-S a más de 4,05 millones de euros
LA ANC, EN DÉFICIT
Además del empujón que se recibe en la fiesta de la región, la venta de productos como mecheros, pins, gorras o ‘esteladas’ -la bandera independentista-, representa una tercera parte de los ingresos de la asociación, sin contar los donativos solidarios, según el informe económico del ejercicio pasado, que arroja la cantidad de 2,3 millones de euros en el negocio del ‘merchandising’. En su web se encuentran artículos cuyos precios oscilan entre los 150 euros y los 1,5 euros.
El resto de los más de 13 millones que ingresó en 2017, año en el que la entidad de la que era presidente el diputado Jordi Sánchez triplicó su patrimonio neto, responden a las cuotas de los socios, que ascendieron a cerca de 2 millones de euros y experimentaron una subida del 15% -una cifra igual a la que se espera este 2018-. Completan las cuentas una tercera partida que se describe en el mencionado informe como “otros ingresos de explotación” por valor de casi 9,5 millones de euros, de los que la llamada ‘caja de solidaridad’ acumuló cerca de 6,4 millones de euros.
Nutrida íntegramente por donativos ciudadanos, la ANC sufragó las fianzas de los líderes soberanistas y algunas multas con el “dinero recolectado en constantes llamamientos a los independentistas, ante los que los socios siempre responden, además de cumplir con sus aportaciones mensuales”, cuentan fuentes conocedoras de la asociación. Se abonaron casi 3,8 millones y restan cerca de 2 millones en la hucha, también llamada ‘de resistencia’.
Con todo, la asociación reportó un déficit, antes de impuestos y provisiones de 332.000 millones de euros. Un dato que no preocupa a su tesorero ya que, según reivindica, su objetivo “no es obtener beneficios porque no somos una empresa”. Su finalidad, prosigue, es el activismo: “Recaudar dinero para hacer acciones en un momento en que tuvimos y tendremos sobrados motivos para la movilización”.
OTRAS CIFRAS DE LA DIADA
El culmen de las reivindicaciones es, como cada año, la Diada del 11-S. Aunque la entidad baraja organizar también un paro de país para conmemorar el 1 de octubre, según avanzó Paluzie esta semana. Y desde algunos sectores se anticipan manifestaciones también el 9 de noviembre, para recordar la consulta de 2014 organizada por el expresident, Artur Mas.
Sabedores de que les espera un otoño caliente por delante, la ANC se ha esmerado menos en los actos de la fiesta de la Comunidad Autónoma y sólo plantea una gran manifestación en Barcelona que pincha en número de inscritos, comparado con otros años. Las cifras más recientes son del 20 de agosto, cuando se contaba con 40.000, 10.000 menos que en 2017.
Pero Paluzie se muestra optimista, ya que es en septiembre cuando se aceleran las adhesiones. En la antesala de la votación del 1-O se apuntaron más de 450.000 personas y un millón, según la Guardia Urbana, y 350.000, según la delegación del Gobierno llenaron las calles.