• No debería desperdiciar la ocasión el candidato propuesto por el Rey ya que si este encuentro fracasa, las elecciones están más cercanas
  • El presidente de Ciudadanos tiene que avanzar con gran delicadeza en este encuentro
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El martes, el candidato propuesto por el Rey para la investidura mantuvo un protocolario encuentro con Pedro Sánchez, que resultó como se esperaba infructuoso (es poco objetable el argumento del líder socialista cuando afirma que lo más urgente es que se pongan de acuerdo entre sí las fuerzas conservadoras).

No debería desperdiciar la ocasión el candidato propuesto por el Rey ya que si este encuentro fracasa, las elecciones están más cercanas

Pero este miércoles tiene lugar una trascendental entrevista de Rajoy con Albert Rivera, de quien depende de forma más directa la formación de gobierno, y no debería desperdiciar la ocasión el candidato ya que si este encuentro fracasa, las elecciones están más cercanas ya que la gobernabilidad quedaría de momento descartada… A menos que Rajoy sorprendiera a todos apartándose de la primera línea y dando paso a otro candidato. Esta sería la única manera de lograr que Albert Rivera aceptase una coalición con el PP, o al menos un pacto de legislatura basado en el voto positivo de C’s, lo que otorgaría al nuevo gobierno una “mayoría suficiente” de 169 escaños. Los restantes hasta los 176 escaños de la mayoría absoluta saldrían de alguna parte, y ni siquiera se podría descartar de antemano que el propio PSOE los aportase en un rapto de magnanimidad.

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Las razones por las que Rajoy no dimite son sin embargo sólidas y el propio interesado las reiteró el pasado martes: además de haber logrado el PP la victoria tanto el 20D como el 26J, la tendencia es bien expresiva: el 26J, la formación conservadora mejoró el resultado obtenido seis meses antes en más de 4 puntos porcentuales y 14 escaños. Este ascenso, cuando Ciudadanos y el PSOE ya habían planteado el relevo al frente de PP en señal de asunción de responsabilidades por la corrupción, resulta muy expresivo.

Así las cosas, la negativa de Ciudadanos a pactar con Rajoy es controvertible, y muy probablemente el electorado culparía a Rivera (más que Sánchez) de la reiteración de las elecciones si estas se repitieran, lo que podría poner en peligro la posición de la formación emergente. En definitiva, Rivera tiene que avanzar con gran delicadeza porque tanto si precipitara el fracaso de la gobernabilidad como si aceptase demasiado alegremente la oferta de Rajoy encontraría la enemiga de sus propios electores.

Para salvar siquiera en parte estos obstáculos y eludir unas nuevas elecciones, ha saltado una nueva fórmula que podría abrirse camino: la del pacto PSOE-C’s para crear una plataforma conjunta respaldada por 117 escaños que gestionase la abstención de ambos partidos, lo que permitiría a Rajoy obtener la investidura con sus 137 escaños, y daría a las otras dos formaciones constitucionales un gran protagonismo en la legislatura ya que nada podría hacerse sin su acuerdo. Sería la situación idónea para conseguir los grandes consensos que necesita este país, empezando por la gran reforma constitucional.

Antonio Papell

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