- La actividad económica fue levemente inferior en agosto
- El PIB de Alemania confirma la ralentización de su economía
La zona euro se está quedando sin sus locomotoras. Las dos economías más grandes del área monetaria empiezan a dar síntomas de desaceleración, y ponen en jaque la robustez de la recuperación económica del bloque, que por ahora ha resistido esta prueba.
La semana ha venido cargada de datos económicos con diferente signo. En Alemania confirman una desaceleración de la economía. Primero los datos de pedidos de las empresas. Es decir, los índices PMI de la consultora Markit. La actividad del sector privado se ralentizó en agosto al pasar el indicador de 55,4 puntos en julio a 55,3 puntos este mes. Lo más llamativo de la estadística llegó desde el sector servicios, que redujo su crecimiento hasta su menor nivel en 15 meses.
El dato de PIB, conocido un día después pero sobre un periodo anterior como es el segundo trimestre, evidenció la tendencia de la economía alemana. Ha frenado su expansión, con un incremento del PIB del 0,4% en el segundo trimestre, frente al 0,7% de los tres primeros meses del año. El menor crecimiento se produce pese al impulso positivo de la balanza comercial. Las exportaciones reflejan un incremento del 1,2%, mientras que las importaciones se reducen un 0,1% frente al primer trimestre, según los datos de la oficina alemana de estadísticas (Destatis). Así, las exportaciones netas suman 0,6 puntos porcentuales al crecimiento del PIB y suponen el componente que más aporta positivamente.
Parece que la actividad económica alemana y francesa no son capaces de acelerar desde su nivel actual
Francia, por su parte, aguantó el envite. El PMI compuesto se elevó 1,5 puntos hasta la cifra de 51,6, la más alta en 10 meses. Y esto precisamente fue el mayor empuje para el conjunto de la zona euro, donde el PMI se elevó una décima hasta 53,3 puntos, máximo de siete meses.
SIN IMPULSOS
Pero la economía gala también preocupa. El índice de expectativas de producción se está desplazando hacia abajo, explica Philippe Waechter, economista jefe de Natixis AM. Así, “la principal fuente de preocupación es el impulso más débil en la industria. Todos los índices están cerca de sus niveles históricos (excepto construcción) y no hay ninguna fuente de mejora rápida”.
“Parece que la actividad económica alemana y francesa no son capaces de acelerar desde su nivel actual”, apunta el experto. “No es preocupante para Alemania porque su tasa de desempleo es baja (5,9% en junio), pero es problemática para Francia porque está cerca del 10%”, agrega. Además, recuerda que el Banco Central Europeo (BCE) ya ha hecho y sigue haciendo “su trabajo”, “por lo que debemos esperar una política fiscal más activa” mientras el comercio exterior siga sin mostrar un impulso.
Evolución de los datos de la Encuesta IFO Clima de negocios. Fuente: Natixis AM