Alemania registró en el tercer trimestre un crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) del 0,2% en comparación con el trimestre anterior, según los datos de la Oficina Federal de Estadística (Destatis). De esta manera, la mayor economía de la eurozona desafía los temores de recesión y sorprende a las previsiones que apuntaban a una caída del 0,1%.
En el trimestre anterior, la economía germana sufrió un retroceso del PIB del 0,3%.
Entre julio y septiembre, el avance vino propiciado, particularmente, por el aumento de los gastos de consumo final de las administraciones públicas y de los hogares.
Para los analistas de ING, "la economía alemana acaba de dar una sorpresa positiva", sin embargo, "esto no cambia el hecho de que la economía sigue atrapada en el estancamiento". Y es que, aunque se ha evitado una recesión técnica, "la economía alemana apenas ha crecido respecto a cuando comenzó la pandemia".
"Si bien a primera vista los datos parecen un alivio, la economía alemana sigue siendo un imán para las noticias macroeconómicas negativas. Desde el comienzo de la pandemia, el crecimiento trimestral se ha estancado en promedio. Y, a riesgo de parecer un disco rayado, el estado actual de la economía alemana es el resultado de vientos en contra tanto cíclicos como estructurales", añaden.
De cara al futuro, creen que "hay muy pocos motivos para esperar un alivio inminente" y avisan de que "la sorpresa positiva no debería cegar a los responsables políticos alemanes. Mientras no haya una orientación política clara, parece poco probable que se ponga fin al estancamiento".